Isabel Preysler está viviendo, tras su ruptura con Mario Vargas Llosa, las Navidades más tristes de su vida. Fue a mediados de diciembre cuando, después de una discusión por celos infundados, la socialité habría decidido acabar con su relación al darse cuenta de que después de ocho años de amor la ilusión del principio se había desmoronado, no se hacían felices y lo suyo no tenía futuro.
Una inesperada y sorprendente ruptura revelada por la revista ¡Hola! en exclusiva, en la que no habría terceras personas, que al parecer sería definitiva y sobre la que la ‘reina de corazones’ guarda silencio. ¿Su paradero en estos delicados momentos? Todo un misterio, aunque cada vez son más personas cercanas a ella las que aseguran que Isabel ha puesto tierra de por medio y se ha ido a Miami para celebrar Nochevieja y Año Nuevo con sus hijos Chabeli, Enrique y Julio José Iglesias, y sus nietos.
Sin embargo, su mansión en la madrileña urbanización Puerta de Hierro de Madrid continúa siendo un hervidero de actividad y este miércoles, tras hacerse pública su ruptura con Vargas Llosa, hasta el lugar se acercaron diferentes mensajeros y un empleado de Correos con una carta certificada para el marido de Ana Boyer, Fernando Verdasco.
Además, y a primera hora de la tarde, era un sacerdote el que llegaba a la casa familiar de Isabel Preysler. Una visita que podría significar que la filipina se ha refugiado en la fe tras poner fin a su noviazgo con el Premio Nobel, aunque también podría haber sido invitado por Tamara Falcó.
La marquesa de Griñón es muy religiosa y a nadie sorprende que haya solicitado los ‘servicios’ de su confesor personal para confesarle las dudas que tiene respecto a su relación con Hugo Arévalo. Y es que a pesar de su ilusión con el empresario, la socialité estaría sobrepasada por la presión mediática que les rodea y ya hay quien dice que lo suyo se ha roto antes siquiera de darle tiempo a empezar.
Aunque en un primer momento se aseguró que la incipiente pareja daría la bienvenida a 2023 en un destino paradísiaco, estos planes se habrían visto truncados en los últimos días y, por el momento, Tamara continúa en la casa de Isabel Preysler meditando qué hacer esta Nochevieja. ¿Tendrá las cosas más claras tras su conversación con su sacerdote de confianza?