El mercado automovilístico español cerrará este ejercicio con un volumen de 830.000 turismos y todoterrenos matriculados, lo que supondrá un retroceso del 3% en comparación con 2021, mientras que el año que viene se superarán las 900.000 unidades, un 8% de crecimiento interanual, según las previsiones de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
Según adelantó en un encuentro con la prensa el director general de Anfac, José López-Tafall, estas cifras ponen de manifiesto que todavía los volúmenes de ventas están lejos de los niveles anteriores a la pandemia, con un retroceso del 34% respecto a 2019, lo que supone el tercer año consecutivo que no se alcanzan esas cifras.
Entre los factores que el directivo destacó como causantes de que el mercado español vuelva a caer en 2022 se encuentran, principalmente, la escasez de microchips y también la incertidumbre económica, provocada por la guerra de Ucrania y por el incremento de los precios.
De cara a 2023, la estimación de Anfac contempla que se producirá una recuperación de las matriculaciones, con un volumen de más de 900.000 unidades, lo que supondrá una subida de cerca del 8% en la comparativa interanual, aunque todavía con cifras alejadas de los volúmenes de antes de la pandemia.
López-Tafall explicó que este crecimiento del mercado nacional se producirá en un entorno en el que continuará durante todo 2023 la crisis de los microchips, pero con un menor impacto, y también se registrará un efecto negativo derivado de la recesión económica.
«Estos resultados nos siguen situando por debajo de los registros prepandémicos y lejos de las cifras que España tendría que estar alcanzando, con cerca de 1,2 millones de ventas anuales», explicó el directivo.
De cara a 2023, apuntó que será un año «clave» para el impulso de la movilidad sostenible, en un contexto de elecciones, que, en su opinión, no deben suponer «ni un impedimento ni un freno» en el desarrollo de políticas y del modelo de movilidad «más apropiado».
En cuanto al resto de segmentos del mercado, la previsión de Anfac recoge que las entregas de vehículos comerciales ligeros finalizarán el ejercicio actual con un volumen de 118.000 unidades, lo que representará una caída del 22%.
De su lado, según López-Tafall, el mercado de vehículos industriales crecerá un 11% este ejercicio, con un total de 23.100 unidades, y las matriculaciones de autobuses y microbuses se situarán al cierre de 2022 en 2.360 unidades, con una progresión del 20%.
80.000 ELECTRIFICADOS
En cuanto a los modelos electrificados –eléctricos e híbridos enchufables–, el director general de Anfac afirmó que el ejercicio actual se cerrará con unos 80.000 coches matriculados en España, lo que se traduce en una subida del 20% en comparación con 2021.
A pesar del crecimiento interanual, el directivo añadió que esta cifra es 40.000 unidades inferior al «hito» de 120.000 unidades establecido para este año (según estimaciones de Anfac) para cumplir los objetivos del Gobierno para 2030, que contemplan alcanzar los 5 millones de vehículos electrificados.
López-Tafall, que apuntó que los turismos electrificados solo representan el 10% del mercado en España, subrayó que otro punto de mejora para la expansión de la movilidad eléctrica es la expansión de la infraestructura de recarga, puesto que España cuenta actualmente con menos de 17.000 puntos, «muy lejos» de los 45.000 que se necesitan.
SUBE LA PRODUCCIÓN
Por otra parte, el director general de Anfac afirmó que las fábricas españolas de vehículos cerrarán el año actual con 2,2 millones de vehículos producidos, lo que supondrá una subida de casi el 5% respecto a los datos del año previo, aunque apuntó que la meta es recuperar de nuevo los niveles «normales» de 2,8 millones de vehículos al año.
Así, añadió que la fabricación de vehículos en España estuvo marcada este año por la crisis de suministro de microchips, factor que condicionó el ritmo de fabricación, aunque señaló que a esta situación se sumaron la guerra de Ucrania y las consecuencias de la pandemia.
En esta línea, resaltó que las plantas nacionales fabricaron menos coches de los que demandó el mercado, por lo que se mantuvo el ritmo de pedidos en lo que va de año, en un entorno de escasez de productos críticos para la industria como los cables, el aluminio, el paladio o el níquel, procedentes de Rusia o Ucrania.
«Mantener este ritmo de mercado y de producción supone un importante riesgo para nuestra industria, ya que podría ocasionar la destrucción de empleo y la pérdida de competitividad», explicó López-Tafall, que recordó que desde Anfac han defendido que se pongan en marcha medidas «urgentes» que mejoren los planes de ayuda, aceleren el desarrollo de infraestructuras de recarga y también que se implemente una reforma fiscal que sirva para estimular el mercado, no solo para impulsar el vehículo eléctrico.
En esta línea, afirmó que es «muy difícil» atraer inversión a un país en el que «no se venden vehículos electrificados y en el que el modelo de movilidad cuestiona el vehículo privado aunque sea electrificado o de bajas emisiones». Además, indicó que no se están implementando medidas para mejorar la ejecución de los planes de ayuda, mientras que en el campo fiscal las propuestas del automóvil han sido «bloqueadas o vetadas», salvo alguna excepción.
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