Miles de personas se han manifestado este lunes en distintos puntos de Sudán en una convocatoria lanzada por varios comités de resistencia en Jartum, la capital, para conmemorar el cuarto aniversario de la revolución de diciembre de 2018 que derrocó al dictador Omar Hasán al Bashir.
Con banderas sudanesas y tambores, los manifestantes han salido en comitiva, en puntos como Omdurmán o Jartum Norte, hacia el Palacio Presidencial ante un fuerte dispositivo de seguridad preparado por las autoridades en caso de mayores disturbios.
De esta manera, después de que los comités de resistencia de Jartum decretaran como día de manifestación este lunes, las autoridades han cerrado tres puentes clave que unen la capital con las zonas de Jartum Norte, Obdurmán y la región oriental del Nilo, según ha informado el diario ‘Al Sudani’.
En el marco del aniversario de la revolución, el jefe de la Misión de Naciones Unidas en Sudán, Volker Perthes, ha afirmado este lunes que espera que el proceso político en el país «haga realidad las demandas y aspiraciones» de la población que salió a las calles hace cuatro años.
Las autoridades militares de Sudán y la coalición civil Fuerzas para la Libertad y el Cambio (FFC) firmaron a principios de diciembre un acuerdo para relanzar el proceso de transición, duramente golpeado tras el golpe de Estado liderado en 2021 por el jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, con el objetivo de celebrar elecciones en el plazo de dos años.
Entre los firmantes, además de las FFC –uno de los principales grupos detrás de las manifestaciones que acabaron con la salida del poder en 2019 del entonces presidente, Omar Hasán al Bashir–, figuran el Partido Nacional de la Umma, el Partido Unionista, diversos grupos rebeldes firmantes del acuerdo de paz de octubre de 2020 y organizaciones civiles y sindicales en el país.
Al Burhan encabezó en octubre de 2021 un golpe que derrocó al primer ministro de transición, Abdalá Hamdok, nombrado tras un acuerdo entre la junta militar anterior y diversas organizaciones civiles y formaciones opositoras.
A pesar de que Hamdok, detenido tras la asonada, volvió al cargo en noviembre de 2021 tras un acuerdo firmado con Al Burhan en medio de las presiones internacionales, finalmente lo abandonó tras denunciar la sangrienta represión de las manifestaciones contra el golpe en el país africano, que se ha saldado con más de un centenar de muertos a manos de las fuerzas de seguridad.
Al Burhan anunció en julio que daba un paso a un lado para permitir a partidos y organizaciones civiles pactar un nuevo gobierno. Así, aseguró que el Ejército no participaría en las negociaciones e instó a las fuerzas políticas a impulsar un «diálogo serio de inmediato» para «restaurar la unidad del pueblo sudanés», una decisión aplaudida por la comunidad internacional.
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