La junta militar birmana ha concedido el indulto a la antigua ‘líder de facto’ de Birmania, Aung San Suu Kyi, derrocada en el golpe de Estado de febrero de 2021, al expresidente Win Myint y a otros 7.000 presos, días después de que fuera puesta en libertad y puesta bajo arresto domiciliario.
Suu Kyi, de 78 años, ha sido indultada de cinco delitos, mientras que el expresidente Myint de otros dos, si bien por el momento siguen bajo custodia. Asimismo, un total de 7.749 presos –entre comunes y políticos– han sido liberados, según ha informado Myawaddy TV, la cadena oficial de la junta militar.
En la víspera, el primer ministro del Gobierno de Unidad Nacional de Birmania, Mahn Win Khaing Than, confirmó que «de ninguna manera» una posible liberación de Suu Kyi implicaría dejar de luchar contra la junta militar.
«Ha habido algunas dudas sobre si cambiaríamos nuestro plan si Aung San Suu Kyi sale de prisión. Nuestra respuesta es que de ninguna manera», dijo tras una reunión del gobierno en el exilio, según recoge el portal de noticias Mizzima.
«Nos centraremos en la expectativa de nuestros compatriotas», recalcó Khaing Than, quien insistió en que no se puede aspirar a la democracia bajo la Constitución de 2008 y que «la dictadura militar debe ser erradicada».
Esta última decisión de la junta militar se horas después de que anunciara una nueva prórroga de seis meses del estado de emergencia, en vigor ya desde el 1 de febrero de 2021, fecha del golpe de Estado que aupó al Ejército al poder.
Suu Kyi actuó como líder ‘de facto’ del país entre 2016 y 2021, acumulando competencias a través de varias carteras, dado que la Constitución le impedía ser presidenta debido a que sus hijos cuentan con doble nacionalidad. El puesto era ocupado en el momento de la asonada por Win Myint.
El golpe fue perpetrado por el Ejército para anular los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2020, en las que la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de Suu Kyi se hizo con la mayoría parlamentaria, argumentando que había habido fraude, una afirmación cuestionada por observadores internacionales.
El golpe se vio seguido por una dura campaña de represión contra opositores, activistas y manifestantes que se ha saldado hasta la fecha con unos 3.850 muertos y más de 24.100 detenidos, según datos publicados por la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP).