El tenista español Carlos Alcaraz perdió este sábado de madrugada por 6-3, 4-6 y 6-3 frente al estadounidense Tommy Paul en los cuartos de final del torneo de Toronto (Canadá), sexto ATP Masters 1000 de la temporada y que se disputa sobre pista dura, repitiendo derrota ante su verdugo del año pasado con la alternancia del certamen en Montreal.
En su reto de liderar el ranking ATP con mayor distancia si aprovecha la ausencia del serbio Novak Djokovic en este torneo, Alcaraz demostró una vez más su incomodidad en el Sobeys Stadium. Y es que fue a remolque desde el principio, ya que Paul le rompió el primer turno de servicio y consolidó dicha ventaja de inmediato (2-0).
Con rapidez de movimientos y buscando el golpeo de derecha invertida, el jugador de Voorhees (Nueva Jersey) apenas flojeó en sus siguientes turnos de saque. Salvó con destreza un punto de ‘break’ en el cuarto juego (3-1) y volvió a quebrar el servicio rival en el séptimo (5-2); y no le importó ceder el octavo, pues abrochó el primer set tras una doble falta de Alcaraz.
Habían transcurrido 40 minutos, el murciano no hallaba inspiración y su catálogo de golpes no relucía. Incluso se le vio enfadado, tirando la raqueta contra su banquillo en el descanso entre sets. No era una buena señal para el comienzo de la segunda manga, en la que Paul se adelantó (1-0, 2-1) y además gozó de una bola de rotura en el cuarto juego.
Alcaraz salió del embrollo con uno de sus fetiches, la dejada, en un momento clave; pese a que el estadounidense devolvió la pelota, el de El Palmar remató bien arriba y luego conservó ese servicio (2-2). Empezó entonces el runrún en las gradas, expectantes por ver si el número 1 del mundo estaba gestando una remontada o si era un simple amago.
Aunque Paul respondió venciendo en el quinto juego (3-2), algo había cambiado en el ambiente y se plasmó enseguida. El palmareño se puso serio, que paradójicamente en su caso significa sonreír, y ganó en blanco el sexto (3-3) con un último punto de escándalo. Gracias a un ‘willy’, en jerga tenística, igualó el marcador e irritó a su oponente.
Enlazó al resto otro juego en blanco (3-4) y completó su resurgir en este duelo, salvando hasta tres bolas de quiebre en el octavo capítulo (3-5). Cerca estuvo en el noveno de apuntarse el set, merced a un 30-40 que arregló Paul con un ‘ace’; pero nada cambió, el de El Palmar iba directo al triunfo parcial y lo logró en blanco justo después con su servicio.
PAUL SE RECUPERA A TIEMPO
Los sustos para el de Voorhees no habían pasado, ya que afrontó una bola de ‘break’ en contra en el juego inaugural del tercer set. La salvó con fortuna, debido a que Alcaraz tocó la pelota con la ‘caña’ de la raqueta cuando intentaba pegar duro una derecha invertida. Había copiado a su rival partes de la estrategia, por lo que éste también varió su plan.
La consigna del estadounidense fue abrir más ángulos y no encimar tanto la bola, lo que le sirvió para tener su propia oportunidad de ‘break’; no la transformó porque se le marchó de largo un ‘drive’, pero sí que templó ánimos. Tras el 1-1, Paul se adjudicó en blanco el tercer y el quinto capítulos (3-2), generando una inercia que aprovechó para romper en el sexto y consolidar su renta en el séptimo (5-2).
El palmareño cumplió su misión de apretar hasta el desenlace, se llevó su servicio (5-3) y pasó la ‘papeleta’ a su contrincante. Ya en el noveno juego, Paul brilló con un ‘passing shot’ de revés y con un ‘saquetazo’, fabricándose hasta dos opciones de certificar la victoria. En la segunda cerró el set y el duelo a su favor, tras llegar corriendo a otra mala dejada de un Alcaraz que no sacó tajada de ese golpe.
Después de 2 horas y 21 minutos sobre la cancha, el de Voorhees consiguió un billete para las semifinales, primeras para él en un certamen de nivel Masters 1000. Ahora, en dicha ronda se enfrentará al vencedor del partido entre el francés Gaël Monfils y el italiano Jannik Sinner.