El presidente de Uganda, Yoweri Museveni, ha criticado duramente en las redes sociales la decisión adoptada a principios de mes por el Banco Mundial de retirar su financiación al país africano en represalia por su nueva ley anti LGBTI, que endurece los castigos contra los actos homosexuales hasta el punto de contemplar incluso la pena de muerte en los casos considerados más graves.
Museveni, que el mismo día del anuncio del Banco Mundial, el 9 de agosto, ya repudió la retirada de la financiación como un acto de coerción, ha redoblado este jueves sus ataques al acusar a la institución de efectuar un «insufrible» ejercicio de «imperialismo» propio de la época colonial, y que solo conseguirá que el país acabe compensando su ausencia a través de acuerdos bilaterales con países aliados.
«Me gustaría reiterar que la ayuda extranjera y los préstamos son bienvenidos en este país y son eficaces cuando los ejecutan patriotas, no agentes neocoloniales, pero no son ni decisivos ni indispensables para lograr la transformación socioeconómica que deseamos», ha explicado Museveni en su cuenta de la red social X, antes Twitter.
En este sentido, Museveni ha denunciado que el peor aspecto de estos «paquetes de ayuda» es que podrían convertirse en una «fuente de distorsión y un obstáculo para el crecimiento». «Si tanto dicen que son fuente de transformación socio-económica, por qué nos encontramos ahora con esta crisis de estabilidad en África?», se ha preguntado, en velada referencia a la ola de golpes de Estado que han tenido en Níger su último episodio, a finales del mes pasado.
Así, el mandatario ha tirado de diccionario para describir el comportamiento del Banco Mundial como «insufrible». «Así es como se comportan algunos de estos actores imperialistas», ha declarado Museveni, «es el único adjetivo que puedo encontrar, y uno tiene que esforzarse para contenerse en lugar de estallar de rabia».
Museveni termina su mensaje pidiendo a la población que no caiga en las «provocaciones» ni del Banco Mundial ni del «desconsiderado lobby homosexual», que parecen estar forzando al país a adoptar «automáticamente una postura antioccidental», si bien entiende que «muchas fuerzas amigas (de Uganda) en Occidente están siendo intimidadas por estos lobbies desorientados».
El Banco Mundial conserva no obstante un portafolio de unos 5.000 millones de euros en proyectos en Uganda que, de momento, no se verán afectados por la suspensión de la financiación.