Joana Sanz está viviendo el momento más difícil y doloroso de su vida. Su madre fallecía el pasado 17 de enero y, tan solo cuatro días después, su marido Dani Alves entraba en prisión preventiva por un presunto delito de agresión sexual a una joven en una discoteca de Barcelona. «He perdido los dos únicos pilares de mi vida» confesaba completamente destrozada en sus redes sociales el pasado viernes.
A principios de esta semana, y a medida que se iban filtrando más datos sobre qué sucedió el pasado 30 de diciembre entre el futbolista y su presunta víctima, Joana reaparecía compartiendo un significativo mensaje a través de sus stories de Instagram: «Corazón, aguanta tanto dolor, por favor». Una frase que muchos creyeron que estaba dirigida a Dani, pero que ella aclaraba con un contundente alegato: «No tergiversen o malinterpreten lo que digo. ‘Corazón, aguanta tanto dolor por favor’ es un mensaje para mí, para mi estado de ánimo».
Y ahora, dejando entrever que poco queda del apoyo incondicional que mostró a su marido cuando salió a la luz su presunta agresión – «Yo he visto muchas veces como mujeres se acercan al reservado, atrevidas, a intentar algo con mi marido en mi cara. Si lo hacen en mi presencia no me quiero imaginar cuando yo no estoy» aseguraba – la modelo canaria ha tomado una drástica decisión; borrar todas las fotografías del futbolista en sus redes sociales, dejando tan solo una perteneciente a una campaña publicitaria.
Un gesto sobre el que no se ha pronunciado por el momento y que podría significar que da por terminada su relación con Alves pero que, como ha apuntado la periodista Isabel Rábago en ‘Ya es mediodía’, podría haber realizado por los comentarios negativos y los ataques que ha recibidido en las imágenes en las que aparecía con el futbolista que, como sostiene, no habría borrado sino tan solo archivado.
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