El tenista español Rafa Nadal no pudo avanzar a las semifinales del torneo de Brisbane (Australia), puntuable para la ATP y que se disputa sobre pista dura, después de caer este viernes ante el australiano Jordan Thompson en tres sets (7-5, 6-7, 6-3), tras casi tres horas y media de encuentro y después de desperdiciar tres bolas de partido.
El esperado retorno del de Manacor a las pistas tras casi un año de ausencia por lesión terminó con un ‘maratón’, un desgaste que notó en su físico, todavía por alcanzar un mejor nivel, pero que, probablemente, también le puede haber venido bien para seguir afinando su puesta a punto y a coger sensaciones y confianza después de tanto tiempo sin jugar.
El ganador de 22 ‘Grand Slams’ acabó pagando el esfuerzo que necesitó para intentar doblegar a un Thompson, que a su férrea resistencia, añadió un gran partido, logrando aguantar los largos y exigentes intercambios a los que se sometieron ambos tenistas. Pese a ello y a su fe para remontar, también tuvo una pequeña ‘ayuda’ del español, que erró una bola aparentemente fácil y con su mejor golpe, el ‘drive’, que le habría dado el billete a unas atractivas semifinales ante el búlgaro Grigor Dimitrov.
Después de una sólida imagen ante Dominic Thiem y de una victoria cómoda ante Jason Kubler, Nadal se encontró un partido más complicado de lo que se podría esperar, mérito sobre todo de su rival, desde el principio muy entonado y dando el nivel necesario para contrarrestar el buen ritmo que tuvo el balear, sobre todo con su ‘drive’ y con un revés a dos manos que hizo también mucho daño.
Sin embargo, dentro de la igualdad, el primer golpe lo dio el oceánico, que tras sacar adelante su primer servicio con problemas, acertó a aprovechar su primera oportunidad al resto para romper y ponerse 4-3 arriba. La respuesta del español fue contundente, un 0-40 y devolución del ‘break’ y equilibrar un choque que parecía destinado al ‘tie-break’, pero que evitó el balear con otro buen juego al resto.
Thompson no se rindió y continuó plantando ‘batalla’ en la segunda manga, apoyado sobre todo en su poderoso ‘drive’. Aún así, Nadal, tras salvar una bola de rotura, tuvo una buena opción para haber cogido ventaja, pero no aprovechó un valioso 15-40 ni una pelota más de rotura en ese cuarto juego.
Con el australiano respondiendo a la subida de nivel de su rival, este tuvo en su mano echar el cierre al encuentro y ahorrarse un tercer parcial. El exnúmero uno del mundo tuvo bola de partido al resto con 5-4, pero Thompson salvó la situación y finalmente alcanzó una ‘muerte súbita’ donde estuvo contra las cuerdas, primero con un 3/0 inicial, después con un 5/3 y saque para el balear, y finalmente con 6/4. Ahí, Nadal quiso apurar demasiado un ‘drive’ con su oponente ‘vencido’ y se le fue fuera.
Tampoco pudo aprovechar un nuevo servicio, esta vez por mérito de Thompson, y terminó encajando cuatro puntos para verse abocado una tercera manga y ya con duras dos horas y media, más la humedad, en el cuerpo. El físico se resintió más en el español, que perdió frescura no sólo en sus piernas sino en sus golpes y que, pese a recibir una atención médica que no pareció preocupante, no pudo enjugar la rotura del cuarto juego ante un australiano que no bajó su nivel ni acusó los nervios.