La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos ha ordenado la paralización inmediata de todos los vuelos en territorio nacional de los aviones Boeing 737 MAX después de que uno de estos aparatos registrara un reventón de su fuselaje a 4.800 metros de altitud durante un trayecto desde Portland (Oregón) a Ontario (California).
El incidente, que afortunadamente no dejó víctimas, fue registrado por las cámaras de los móviles de algunos de los 171 pasajeros que iban a bordo. Sus imágenes, examinadas por la FAA, revelaron que el boquete tenía las medidas exactas de una parte del fuselaje que algunos modelos reservan para la instalación opcional de una puerta de salida de emergencia.
En medio de una crisis de despresurización, los pilotos del avión operado por Alaska Airlines decidieron dar media vuelta en dirección a Portland, donde acabaron efectuando un aterrizaje forzado.
Tras el incidente del viernes, la FAA ha terminado anunciando esta pasada noche que todos los 737 MAX del país se quedarán en tierra para ser objeto de «inspecciones inmediatas», según ha hecho saber el jefe de la agencia, Mike Whitaker.
«La seguridad seguirá guiando nuestra toma de decisiones mientras seguimos cooperando con la Junta Nacional para la Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) en la investigación sobre el vuelo 1282 de Alaska Airlines», añade la nota, publicada en la cuenta de la FAA en la red social X.
Así pues, en virtud de una directiva de emergencia, la actividad de estos aparatos «queda prohibida hasta su inspección y las medidas de corrección oportunas», en una decisión que afectará aproximadamente a 171 aviones. Todos ellos serán sometidos así a un análisis que, por lo general, suele durar de entre cuatro a ocho horas, antes de que los inspectores decidan si están preparados para volar de nuevo.