Ana Iribar, viuda del dirigente del PP vasco asesinado por ETA hace 28 años Gregorio Ordóñez, ha destacado que «solo una bala cobarde podía parar la fuerza imparable» que era quien fue presidente del Partido Popular en Guipúzcoa, parlamentario y edil en el Consistorio donostiarra.
En un coloquio con el presidente de Nuevas Generaciones (NNGG) Euskadi, Pablo Gómez-Guadalupe, en la I edición de la Escuela Gregorio Ordóñez celebrada este fin de semana por NNGG Euskadi en San Sebastián, Iribar ha recordado al político vasco como «muy vehemente a la hora de defender sus principios», así como un hombre con «mucho sentido del humor, con mucho trabajo constante».
«Una mezcla de pasión, entusiasmo, de creer en lo que defendía, de hacer un buen diagnóstico viendo qué hacía falta a la sociedad y a sus vecinos para ser mejor», ha añadido, en alusión a Ordóñez, al que «le gustaba mucho escuchar a la gente».
Además, ha explicado que Ordóñez un día «no pudo más», porque «no entendía cómo la gente se callaba mientras ETA asesinaba, secuestraba y amenazaba». «Llega en el año 81 en San Sebastián, nos conocemos ese verano y me enamoré en cuanto le vi en la calle, fue un impacto inmediato», ha recordado. «Un tío como él al que le gusta hablar y escuchar, que es inteligente, activista, hace diagnóstico de lo que ve alrededor se preguntó qué sociedad era esa que se callaba», ha afirmado su viuda.
Frente a ello, se preguntó qué podía hacer y «tuvo el valor de elegir la política; con 23 años se afilió a Alianza Popular un partido que aquí funcionaba de forma clandestina». «Él se hizo la promesa de cambiar la actitud de sus conciudadanos», ha señalado, para añadir que «le echó muchas narices para ello». «En el momento en que Gregorio tomó esa decisión de defender la libertad, la dignidad y el respeto en una sociedad desde esa formación política él sabía cuál iba a ser su final», ha subrayado.
También ha recordado cómo cada vez que «le dejaban una bala todos los lunes en su casillero municipal en el Ayuntamiento» de San Sebastián, eso «le hacía más fuerte y le consolidaba que esa era su tarea y su misión». «Desde el primer momento asumimos que ETA le iba a matar porque era una fuerza da cambio imparable para su sociedad, no solo para aupar a una fuerza política, que también», ha subrayado.
«Solo una bala cobarde podía parar esa fuerza imparable que era Gregorio», ha incidido. También ha puesto en valor su capacidad para «negociar con quien hubiera que negociar» en el Consistorio donostiarra y su trabajo «constante» en la ciudad. «Le insultaba alguno de HB y él le daba la vuelta con sentido del humor», ha relatado, para insistir, a continuación, que «era muy ambicioso y sabía que había que llegar a la gente, le daba igual de qué partido fueran», porque buscaba «cambiar la sociedad» vasca.
También ha puesto en valor que «él quería ser libre y lo fue», lo mismo que fue «leal toda la vida a las siglas» de su partido. Así, ha señalado que aunque Ordóñez «llegó a registrar hasta un nuevo partido político ante notario con sus tres amigos de siempre, tras empezar a dudar de su propio partido, sin embargo se mantuvo leal hasta el último minuto al PP y a sus compañeros de partido», ha apuntado. Finalmente, Iribar ha recordado a Ordóñez, ante todo, como un «tipo auténtico».
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