Los responsables de las principales agencias de Naciones Unidas han lanzado este viernes una alerta común para advertir del empeoramiento de la situación humanitaria en la zona central del Sahel, donde unos 17 millones de personas necesitan ayuda, lo cual equivale a una quinta parte de la población total.

Estas organizaciones ponen el foco en la situación de Burkina Faso, Malí y Níger, señalando que en los tres países murieron asesinadas entre octubre y noviembre de 2023 unas once personas al día, para un total de casi 700. Al menos tres millones de personas viven fuera de sus hogares, mientras que unas 8.400 escuelas y 470 centros médicos no están operativos.

«Esta tendencia intensifica las necesidades humanitarias y lastra los Derechos Humanos de la población», han señalado entre otros el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, y directores de agencias como la FAO, la OIM, ACNUR, UNICEF, la OMS, el PMA, ONU Mujeres o el PNUD.

En el año 2023, la comunidad internacional logró brindar ayuda a más de 6,3 millones de personas, pero desde la ONU han admitido que la falta de fondos complica la respuesta. Los llamamientos para los tres países del Sahel central apenas quedaron cubiertos en una tercera parte –se recibieron 781 millones de dólares– y, para 2024, el objetivo es recaudar 2.200 millones de dólares con los que ayudar a 10,4 millones de personas.

Asimismo, han recordado que, pese a la necesidad «urgente» de ayuda, ésta «no es la solución a los ciclos de hambre, desplazamiento y enfermedades» que marcan la situación en la región. Por ello, han instado a promover el desarrollo de las comunidades y favorecer los canales de participación de la ciudadanía, entre otras propuestas.

«Durante años, el mundo ha estado de acuerdo en que hay que hacer más para ayudar a la población de Burkina Faso, Malí y Níger. Ahora, es momento de traducir estas palabras en acciones», han remachado.