El Gobierno iraquí habla de «insulto a la buena vecindad y la seguridad de la región» y recalca que la zona bombardeada es residencial
MADRID, 16 Ene. (EUROPA PRESS) –
El Gobierno de Irak ha condenado «firmemente» la «agresión» de Irán contra la capital de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, Erbil, tras los bombardeos ejecutados por las fuerzas iraníes contra la localidad, que se han saldado con al menos cuatro civiles muertos y seis heridos, según el balance oficial.
El Ministerio de Exteriores iraquí ha recalcado que Teherán «ha bombardeado con misiles balísticos zonas residenciales seguras, lo que ha causado víctimas civiles» y ha recalcado que supone «una agresión contra la soberanía de Irak y la seguridad del pueblo iraquí, así como un insulto a la buena vecindad y la seguridad de la región».
Así, ha manifestado que Bagdad «adoptará todas las medidas legales» ante el ataque de Irán, incluida una queja ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, al tiempo que ha confirmado la creación de un comité de investigación «para recopilar información que apoye a nivel internacional la posición del Gobierno y obtenga pruebas e información precisa».
«Los resultados de la investigación serán anunciados para informar a la opinión pública iraquí e internacional de los hechos y demostrar la falsedad de las afirmaciones vertidas por las partes que están detrás de estos actos condenables», ha manifestado, antes de denunciar la «devastación» causada por los bombardeos contra «viviendas residenciales», incluida la del empresario Peshru Diziyi, uno de los fallecidos.
La Guardia Revolucionaria iraní ha confirmado un ataque con misiles balísticos contra Erbil y ha asegurado haber destruido «lugares de reunión de los comandantes y elementos principales relacionados con los recientes crímenes terroristas» en Siria, «así como los cuarteles generales de espionaje» de Israel en la región del Kurdistán iraquí.
En este sentido, ha argumentado que se trata de una «respuesta» a los ataques en Kermán y Rask, en referencia al doble atentado cerca de la tumba del general Qasem Soleimani –que dejó más de 90 muertos– y al asalto contra un puesto de control en la provincia de Sistán y Baluchistán, respectivamente. El ataque en Kermán fue reclamado por Estado Islámico y el asalto en Rask fue obra del grupo terrorista suní Jaish al-Adl.
La Guardia Revolucionaria ha afirmado además que el bombardeo ha «destruido» una «sede de espionaje» de Israel en la región que sirvió como «el centro para desarrollar operaciones de espionaje y planificación de acciones terroristas en la región y especialmente en nuestro querido país».