El presidente de República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, será investido este sábado para un segundo mandato en una multitudinaria ceremonia en el estado de los Mártires de la capital del país, Kinshasa, tras unas polémicas elecciones presidenciales y legislativas condenadas como fraudulentas por la oposición y en medio de la extrema violencia reinante en varias partes de país.
Tshisekedi, hijo del histórico líder opositor Étienne Tshisekedi –fallecido en 2017–, se enfrentó en las elecciones a un total de 21 candidatos tras una campaña marcada por la desconfianza en torno al papel de la comisión electoral y los episodios de violencia durante diversos actos de campaña por parte de destacados opositores.
El Constitucional congoleño declaró admisibles pero «infundadas» quejas como las presentadas por el candidato opositor Theodore Ngoy por falta de pruebas y aseveró que las irregularidades de las operaciones denunciadas no tuvieron influencia decisiva en los resultados electorales.
Se espera aproximadamente que más de 100.000 personas acudan a la ceremonia en el gran estadio, con un aforo para 80.000 asistentes sin contar el campo. «Al menos 60.000 asientos quedarán reservados para la población congoleña, y la entrada será gratuita», ha hecho saber el director adjunto de Comunicación de la Presidencia de la República, Giscard Kusema.
Durante la ceremonia, el jefe de Estado reelecto recibirá atributos de poder de manos del primer presidente del Tribunal Constitucional, incluida una copia de la Carta Magna del país.
Delegaciones de varios países, entre ellos China, Japón, Estados Unidos, Yibuti, Gambia, Guinea-Bissau y Malaui acudirán a una ceremonia donde se espera la presencia entre otros del presidente guineano, Umaro Sissoco Embalo así como los jefes de Estado de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema o de Senegal, Macky Sall.
El presidente reelecto asumirá de nuevo el poder en medio de nuevos ataques del movimiento rebelde 23 de Marzo contra los grupos de autodefensa en Kivu Norte, en el noreste del país, donde millones de congoleños han abandonado sus hogares para encontrar refugio en familias de acogida y campos de desplazados. Las elecciones del 20 de diciembre nunca fueron celebradas en esta zona, como tampoco ocurrieron en Kwamouth, en la provincia occidental de Mai-Ndombe, por la inseguridad.
Otros grupos armados como las Fuerzas Democráticas Aliadas mantienen su actividad en la vecina Ituri, donde la población vive asediada por estas temibles milicias así como otras organizaciones como la Cooperativa para el Desarrollo del Congo (CODECO).