Pekín habla de «momento histórico» y Nauru expresa su compromiso «solemne» con el principio de ‘una sola China’
Los gobiernos de China y Nauru han restablecido oficialmente sus relaciones diplomáticas este miércoles, poco más de una semana después de que el país oceánico cortara sus lazos con Taiwán, una medida aplaudida por Pekín y tildada de «decepcionante» por parte de Estados Unidos.
Los ministros de Exteriores de China y Nauru, Wang Yi y Lionel Aingimea, respectivamente, han firmado un comunicado conjunto, efectivo desde este mismo miércoles, para el restablecimiento de los lazos bilaterales, hecho que implica además que Nauru se compromete a no mantener relaciones o intercambios oficiales con las autoridades taiwanesas.
Así, ambos países han pactado «desarrollar relaciones amistosas a partir del respeto mutuo a la soberanía y la integridad territorial, la no agresión mutua, la no injerencia en los asuntos internos, la igualdad, el beneficio mutuo y la coexistencia pacífica», según el documento, publicado por el Ministerio de Exteriores chino a través de su página web.
Además, Nauru reconoce «que sólo hay una China en el mundo» y que el Gobierno chino «es el único gobierno legal que representa a toda China, con Taiwán como parte inalienable de su territorio», al tiempo que ambos países acuerdan el envío de embajadores «lo antes posible» para ocupar sus respectivos puestos en las citadas legaciones diplomáticas.
Wang ha destacado tras ello que esto supone «un nuevo capítulo» en las relaciones bilaterales y ha hablado de «momento histórico», al tiempo que ha hecho hincapié en que las autoridades de Nauru «han elegido el lado correcto de la Historia» con su decisión de romper relaciones con Taiwán y aceptar el principio de ‘una sola China’, que ha descrito como «pilar político y requisito previo para que China desarrolle relaciones con otros países del mundo».
«China y Nauru tienen economías altamente complementarias, intereses comunes extensos y amplias perspectivas de cooperación», ha explicado, antes de abundar en que Pekín espera que el reinicio de las relaciones «sea una oportunidad para fortalecer los intercambios a todos los niveles»
Por su parte, Angmin ha defendido la decisión de Nauru de cortar lazos con Taiwán y ha recordado que fue aprobada «de forma unánime» por el Parlamento nacional. «Esto demuestra totalmente que la decisión es correcta, que tiene apoyo popular y que va en línea con los intereses fundamentales de Nauru».
«Me gustaría prometer de forma solemne que el Gobierno de Nauru reconoce que sólo hay una China en el mundo», ha dicho el ministro de Exteriores del país oceánico, que ha insistido en que «Taiwán es parte inalienable del territorio de China». «Nauru se ceñirá al principio de ‘una sola China’ y le dará prioridad en su política exterior», ha sostenido.
Angmin ha subrayado además que «Nauru admira los extraordinarios logros en desarrollo logrados por China y su significativa contribución al crecimiento global». «Creemos firmemente que las relaciones entre Nauru y China tienen amplias posibilidades y un futuro prometedor», ha explicado, antes de incidir en que se trata de «un nuevo punto de inicio para fomentar la confianza mutua con China».
RUPTURA DE RELACIONES CON TAIWÁN
Las autoridades de Nauru anunciaron el 15 de enero la ruptura de relaciones con Taiwán, apenas dos días después de las elecciones presidenciales taiwanesas, que se saldaron con la victoria del candidato del gubernamental Partido Progresista Democrático (PPD), Lai Ching Te. «Esperamos que este cambio no afecta nuestras relaciones con otros países», afirmó entonces el Gobierno.
Tras ello, las autoridades taiwanesas lamentaron «profundamente» la decisión y habló de una «medida de represalia por parte de China» tras las elecciones, mientras que Pekín aplaudió la medida. «China está dispuesta a trabajar con Nauru para abrir nuevos capítulos en las relaciones bilaterales», afirmó un portavoz del Ministerio de Exteriores chino.
Por su parte, el portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, describió la decisión como «decepcionante», si bien reconoció que es una medida «soberana». Pese a ello, insistió en que «Taiwán es un socio democrático» y en que «China hace a menudo promesas a cambio de relaciones diplomáticas que al final no se cumplen».
Miller incidió en que «Estados Unidos continuará profundizando y expandiendo sus interacciones con Taiwán en los muchos intereses y valores compartidos, apoyando la participación significativa de Taiwán en la comunidad internacional y ahondando los lazos económicos, en línea con una política de larga data de ‘una sola China'».