El Consejo Constitucional de Francia ha censurado 32 artículos de la reforma migratoria impulsada por el Gobierno y que incluyó en su última enmienda concesiones a la ultraderecha, lo que implica tumbar más de un tercio del texto, incluidas cuestiones clave como el endurecimiento de los requisitos para que los extranjeros reciban ayuda o puedan reagrupar a sus familias.
Los magistrados han dictaminado que algunos aspectos no guardan relación con el fondo del proyecto de ley que promovió el Ejecutivo y que la Asamblea Nacional tumbó en un primer momento. Al presidente Emmanuel Macron no le bastó con la mayoría que habitualmente le apoya, que evidenció sus grietas internas, sino que tuvo que recurrir al respaldo de Los Republicanos y de Agrupación Nacional para la aprobación final.
Ya en las horas posteriores a dicha aprobación, la entonces primera ministra, Elisabeth Borne, puso en duda la constitucionalidad de algunos de los artículos introducidos en la fase final. Los magistrados han concluido este jueves que parte de ellos no guardan relación con el fondo del proyecto de ley, lo que ha derivado en censuras totales o parciales –entre los que están en duda figura la imposición de cuotas migratorias–, informa Franceinfo.
El ministro del Interior galo, Gérald Darmanin, ha afirmado en una primera reacción que el Gobierno «toma nota» del rechazo de «numerosos» artículos, atribuyéndolo a que no se respetó «el procedimiento parlamentario». De hecho, considera que el Consejo Constitucional ha avalado «la integridad del texto del Gobierno».
«Nunca un texto había previsto tantos medios para expulsar a los delincuentes y tanta exigencia para la integración de extranjeros», ha escrito en su cuenta de la red social X.
El líder de la ultraderecha, Jordan Bardella, ha lamentado el «golpe» de los jueces, del que responsabiliza también a Macron, y ha lamentado que el Constitucional haya puesto en duda «las medidas de mayor firmeza». «La ley de inmigración nació muerta. La única solución es el referéndum», ha sentenciado, en alusión a una reivindicación recurrente de su partido.
También el presidente de Los Republicanos, Eric Ciotti, ha lamentado la resolución judicial, ya que considera que los jueces «han tenido más en cuenta la política que el Derecho». Para el dirigente conservador, tanto Macron como la izquierda «esperaban» esta sentencia, por lo que ha señalado que «una reforma constitucional es más indispensable que nunca para salvaguardar el destino de Francia».