Washington recalca que «no quiere expandir la guerra» en la región pero advierte de que «responderá» a los ataques contra sus fuerzas
El portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, ha apuntado este lunes a la posibilidad de un nuevo «marco» para un acuerdo de liberación de rehenes secuestrados durante los ataques perpetrados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) contra Israel y ha señalado que las conversaciones están siendo «constructivas».
«No tenemos un acuerdo sobre la mesa que vaya a ser anunciado de forma inmediata», ha dicho, si bien ha resaltado que Washington considera que «hay un marco para un nuevo acuerdo sobre rehenes que marque realmente la diferencia en lo relativo a sacar los rehenes, entregar ayuda y hacer que la violencia descienda». Aún hay diplomacia por delante, muchas conversaciones hasta que lleguemos a eso», ha reconocido.
Hamás ha rechazado en varias ocasiones durante las últimas semanas la posibilidad de un nuevo acuerdo para la liberación de rehenes sin un cese de la ofensiva lanzada por Israel contra la Franja de Gaza tras los citados ataques. A pesar de ello, la comunidad internacional ha estado intentando mediar para lograr un acuerdo que incluya además un aumento de la entrega de ayuda humanitaria al enclave, escenario de una enorme catástrofe humanitaria.
Asimismo, Kirby ha hecho hincapié en que la Administración de Joe Biden «aún cree en la promesa de los dos Estados», si bien ha reconocido que «va a ser necesario liderazgo para ello», tanto por parte de las autoridades israelíes como por parte de las palestinas. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se ha posicionado frontalmente en contra de esta opción, a pesar del amplio respaldo con el que cuenta a nivel internacional.
En este sentido, ha manifestado que es necesario que las partes «trabajen sus diferencias», al tiempo que ha expresado el rechazo de Estados Unidos a la posibilidad de una «reocupación» de Gaza por parte de Israel. «Gaza no puede reducirse en tamaño o territorio», ha sostenido, antes de recalcar que es necesario que «se escuchen las voces y aspiraciones de los palestinos» y ha confirmado que Washington aborda con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, el futuro de la Franja.
Kirby ha destacado además que las acusaciones vertidas contra doce trabajadores de la (UNRWA) por su presunto papel en los ataques del 7 de octubre son «muy preocupantes», al tiempo que ha destacado el «gran trabajo» de la agencia. «Han salvado miles de vidas desde el inicio del conflicto», ha dicho, antes de recordar que fue la propia UNRWA la que compartió estas informaciones con Washington.
«Están investigando», ha recordado, algo que ha descrito como «una buena señal». «Se lo están tomando muy en serio», ha argumentado Kirby, quien ha recalcado que, en cualquier caso, Washington decidió «pausar» la entrega de fondos al organismo hasta que finalicen las pesquisas y a la espera de ver cuáles son las medidas que se adoptan contra los implicados si se confirma su responsabilidad.
EEUU «NO QUIERE EXPANDIR LA GUERRA»
Por otra parte, Kirby ha dicho «entender» las «preocupaciones» por los ataques ejecutados por milicias proiraníes en Irak y Siria, especialmente tras la muerte el domingo de tres militares estadounidenses en un ataque con dron en Jordania. «No queremos expandir la guerra con Irán o en la región, pero haremos lo que tengamos que hacer», ha advertido durante una entrevista concedida a la cadena de televisión estadounidense MSNBC.
«Nos tomamos esto en serio», ha manifestado Kirby, quien ha incidido en que Washington «sabe que Irán apoya a estos grupos». «No hay duda de que habrá una respuesta», ha manifestado, antes de abundar en que esto tendrá lugar «cuando y de la forma» que las autoridades estadounidenses consideren oportuna: «No vamos a telegrafiar los golpes a Irán».
Asimismo, ha recalcado que las autoridades estadounidenses consideran que el ataque fue perpetrado con un único dron y ha confirmado que Washington «está analizando cómo llegó» a impactar sobre el destacamento, situaco cerca de la frontera con Siria. «Tiene tiene todas las huellas de (haber sido) un grupo respaldado por Kataib Hezbolá, uno de los principales grupos respaldados por la Guardia Revolucionaria de Irán», ha zanjado.
Irán se ha desvinculado este lunes del citado ataque, que se saldó con tres militares muertos y cerca de 35 heridos, y ha hablado de «acusaciones infundadas» que buscan «arrastrar» a Washington a un conflicto. El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kanani, ha recalcado que «los grupos de resistencia de la región no reciben órdenes de Irán para sus decisiones y acciones».
Este es el primer ataque en el que mueren militares estadounidenses en Oriente Próximo desde el inicio de la actual escalada del conflicto en la Franja de Gaza. Sin embargo, son relativamente frecuentes los ataques contra bases estadounidenses en Siria e Irak y desde el 17 de octubre se ha informado de 158 incidentes, ninguno de ellos grave, ya que este tipo de instalaciones estadounidenses suelen tener defensas antiaéreas.