El conservador Alexander Stubb y el ‘verde’ Pekka Haavisto se disputan este domingo la Presidencia de Finlandia en una apretada segunda vuelta en la que se designará al sucesor de Sauli Niinisto y se perfilará la futura política exterior del país nórdico con Rusia como principal preocupación de ambos aspirantes.
Stubb, que ejerció como primer ministro durante un breve periodo entre junio de 2014 y mayo de 2015, se impuso en la primera vuelta con un 27,2 por ciento de los votos. Tras él, el exministro de Exteriores Haavisto (2019-2023), recabó otros 836.000 votos, el 25,8 por ciento de los apoyos.
Con estos resultados, el ultraderechista Jussi Halla-aho, que quedó en tercer lugar con un 19 por ciento de los votos, vio frustradas sus aspiraciones de hacerse con la Presidencia finlandesa a pesar de que durante las últimas semanas de campaña las encuestas apuntaban a una tendencia positiva.
A pesar de que los resultados se esperan parejos, Stubb ha logrado darle la vuelta a las encuestas, que hace meses situaban a Haavisto como favorito y desde el mes de noviembre conceden al ex primer ministro una ligera ventaja, pero por encima del 50 por ciento de los votos necesarios.
Pese a sus diferencias ideológicas, Stubb y Haavisto comparten propuestas comunes como la defensa por las relaciones con Europa, el apoyo a Ucrania como respuesta a la invasión rusa –iniciada hace ya casi dos años– y le necesidad de adoptar medidas de seguridad ante la amenaza que representa Rusia.
Ambos países comparten más de 1.300 kilómetros de frontera, y las posiciones beligerantes de Moscú han llevado a Helsinki a adoptar medidas drásticas como el cierre temporal de fronteras, más aún después de la oleada de solicitantes de asilo que acudió a los cruces fronterizos y de la que Finlandia responsabiliza a Rusia.
De hecho, la invasión rusa de Ucrania provocó un terremoto también en las posiciones de varios países europeos que hasta la fecha se había mantenido neutrales. Es el caso de Finlandia, que junto a su vecino Suecia, presentó su solicitud para ingresar en la Alianza Atlántica.
Helsinki se convirtió en abril de 2023 en el trigésimo primer aliado del bloque atlántico tras un brevísimo proceso de negociaciones. Tanto Stubb como Haavisto apoyan que Finlandia forme parte de la OTAN pues conlleva ciertas garantías de seguridad para el país.
Sin embargo, ambos difieren en la forma de cooperación con la OTAN. Mientras Stubb apoya la idea de que Finlandia acoja tropas de la Alianza Atlántica en territorio nacional, Haavisto se opone a tal extremo, pero sí se abre a que el país sirva para el transporte de armamento nuclear.
Las similitudes entre ambos aspirantes son tales que desde el equipo del ultraderechista Halla-aho han deslizado que el resultado final de la votación es indiferente pues ambos candidatos abogan por lo mismo. Gran parte de sus más de 600.000 votantes podrían quedarse en casa, por lo que los niveles de abstención pueden ser un factor a tener en cuenta.
Entre las principales responsabilidades del presidente de Finlandia destacan las funciones de representación en las cumbre de aliados, y también el liderazgo de las políticas diplomáticas y de seguridad. Además, ejerce como comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Finlandia.
El presidente finlandés es elegido por sufragio universal directo para un mandato de seis años. Tras la reforma electoral de 1994, ningún jefe de Estado puede ser elegido para dos mandatos consecutivos, razón por la que Niinisto no se ha podido presentar a la reelección.
Se espera que el mismo domingo por la noche se den a conocer los primeros resultados de la votación, si bien no será hasta el miércoles cuando se confirmen definitivamente. El próximo jefe de Estado finlandés asumirá el cargo a partir del 1 de marzo.