Naciones Unidas, la Comisión Europea, el Banco Mundial y el Gobierno ucraniano han estimado en 486.000 millones de dólares (452.000 millones de euros) el precio de la reconstrucción de Ucrania durante la próxima década, cuando se acerca ya el segundo aniversario del inicio de la invasión rusa.
Esta estimación es algo superior a los 411.000 millones de dólares (382.000 millones de euros) que se barajó hace un años. Solo en 2024, de acuerdo con las autoridades ucranianas, creen que el país necesitará 15.000 millones de dólares (13.000 millones de euros) para la restauración de viviendas, infraestructuras y servicios básicos, así como para impulsar el sector privado.
Hasta el momento, de esos 15.000 millones de dólares, unos 9.500 millones de dólares (8.800 millones de euros) están actualmente sin financiar. «Las necesidades de reconstrucción han seguido creciendo durante el pasado año», ha subrayado el primer ministro ucraniano, Denis Shmigal, quien ha agradecido los esfuerzos de sus socios internacionales.
«A pesar de la guerra, el Gobierno ucraniano, con el apoyo de sus socios internacionales, continúa poniendo en marcha el programa de recuperación rápida» ha destacado Shmigal, quien confía en que las inversiones extranjeras que acudan ayudar a Ucrania aceleren su entrada en la Unión Europea.
Además del apoyo de sus socios y de la inversión extranjera, Shmigal considera fundamental que los principales recursos de recuperación procedan de la confiscación de los activos rusos que han sido congelados en Occidente. «Debemos iniciar este proceso ya este año», ha enfatizado.
EVALUACIÓN RÁPIDA DE DAÑOS Y NECESIDADES (ERDN3)
La ERDN3 valora los efectos de la guerra sufridos por Ucrania desde la invasión rusa el 24 de febrero de 2022 hasta el 31 de diciembre de 2023. Los daños directos suman ya los 152.000 millones de dólares (141.000 millones de euros), siendo la vivienda, el transporte, el comercio, la industria, la energía y la agricultura los sectores más afectados.
El 10 por ciento del parque de viviendas ha resultado dañado o destruido, lo que ha prolongado el desplazamiento forzoso de la población. Los daños se concentran en las regiones de Donetsk, Kiev, Járkov, Jersón, Zaporiyia y Lugansk.
Episodios como la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka, a 60 kilómetros de Jersón, en junio de 2023, recuerda el informe, han tenido nocivas repercusiones para el medio ambiente y la agricultura.
«La guerra de Rusia sigue teniendo consecuencias de gran alcance en Ucrania», ha apuntado el comisario europeo de Vecindad y Ampliación, Olivér Várhelyi, quien ha subrayado que la UE «seguirá desempeñando un papel clave» para abordar los retos que recoge este último informe de la ERDN3.
La RDNA3 enumera las necesidades críticas de inversión para la recuperación y reconstrucción a corto plazo y medio plazo, en la medida que excluye aquellas cuestiones que ya han sido cubiertas. Asimismo, subraya la necesidad de reformas políticas que propicien la participación del sector privado, siempre de forma inclusiva y respetuosa con el medio ambiente y su entorno.
Desde el Banco Mundial han puesto en valor que a pesar de que esta última evaluación documenta los «cuantiosos daños y las consiguientes necesidades», a la vez muestra «la capacidad de resistencia y adaptación de Ucrania».
RETOS LOGRADOS
Desde la última evaluación –la RDNA2–, el Gobierno de Ucrania, con el apoyo de sus socios, ha satisfecho algunas de las necesidades más urgentes en sectores fundamentales como el de la vivienda, donde se han invertido unos 1.000 millones de dólares (930 millones de euros) en 2023 para la reconstrucción y reparación del parque habitacional.
En el sector del transporte, se han reparado más de 2.000 kilómetros de carreteras y autovías, mientras que en el ámbito de la educación se han reconstruido unos 500 centros educativos, a muchos de los cuales se ha mejorado proporcionándoles refugios antiaéreos.
«La guerra no ha terminado. El sufrimiento no ha terminado, pero las comunidades ucranianas están demostrando un valor y un compromiso encomiable a la hora de impulsar sus propios procesos de recuperación», ha ensalzado la coordinadora residente de Naciones Unidas en Ucrania, Denise Brown.