Mucho se ha hablado en los últimos tiempos de la relación que la Infanta Elena mantiene con sus hijos. Si hace un mes la revista ‘Lecturas’ revelaba que su enfado con Victoria Federica – por haber abandonado sus estudios universitarios para dedicarse por completo a su faceta de influencer – era tal que la joven habría abandonado el hogar familiar para instalarse en el palacio de La Zarzuela con su abuela, la Reina Doña Sofía, ahora el foco se ha puesto sobre Froilán.
Ha sido la misma publicación la que ha desvelado que, con el fin de apartarlo del foco mediático tras los últimos escándalos que ha protagonizado – en concreto, su presencia en una pelea con navajas en una conocida discoteca de Madrid el pasado noviembre – Doña Elena habría tomado la decisión de enviar a su hijo a vivir a Abu Dabi con el Rey Juan Carlos.
Una información que en un principio negaba el entorno de la hermana de Felipe VI pero que, con el paso de los días, ha acabado por confirmarse. Al parecer, Froilán pasará una temporada en los Emiratos Árabes para enfocar su carrera profesional, aunque se asegura que no vivirá con su abuelo, sino en una casa cercana.
Coincidiendo con estos importantes cambios en la vida del joven – sobre los que no hay ningún tipo de confirmación oficial – Doña Elena y Felipe (así le conoce su entorno cercano, aunque popularmente se le llame por su tercer nombre) se desplazaban a finales de la semana pasada a Atenas para arropar a la Reina Sofía tras el fallecimiento de su hermano, el Rey Constantino de Grecia, y estar presentes en sus exequias junto al resto de la Familia Real.
Un viaje en el que madre e hijo han hecho gala de la maravillosa relación que mantienen, desmintiendo sin palabras los rumores de distanciamiento por el disoluto modo de vida de Froilán. Muy atento, el joven le daba un tierno y cariñoso beso a las puertas del hotel en el que se alojaron en Atenas que Doña Elena agradeció con una sonrisa radiante.
Muy unida a sus hijos, pero también a su hermana, la Duquesa de Lugo se ha mostrado especialmente pendiente de la Infanta Cristina, bastante alicaida no solo por el fallecimiento de su tío favorito, Constantino, sino porque estos días se ha cumplido el primer aniversario de su ruptura con Iñaki Urdangarín después de que el exjugador de balomano fuese pillado en actitud cariñosa con Ainhoa Armentia.
Una dolorosa traición que la ex duquesa de Palma supera poco a poco con el apoyo incondicional de su familia, especialmente de sus cuatro hijos – Juan, Pablo, Miguel e Irene – y de la Infanta Elena, de la que apenas se ha separado durante los días que han pasado en Atenas.
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