La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha condenado las recientes ejecuciones públicas de tres personas por parte de los talibán en Afganistán y ha reclamado «una moratoria inmediata» a los ajusticiamientos en el país centroasiático.

El portavoz de la oficina, Jeremy Laurence, ha afirmado que la ONU está «consternada» por estas ejecuciones, llevadas a cabo en estadios de fútbol en las provincias de Ghazni y Jauzján, y ha reseñado que los sentenciados «fueron tiroteados en múltiples ocasiones», en referencia a que fueron fusilados. 

«Desde que los talibán se hicieron con el poder en agosto de 2021, cinco personas han sido ejecutadas en público tras decisiones del sistema judicial ‘de facto’ y la aprobación del líder de los talibán (el mulá Hebatulá Ajundzada)», ha señalado, antes de incidir en que «las ejecuciones públicas son un tipo de castigo o trato cruel, inhumano o degradante». 

Así, ha señalado que «estas ejecuciones tienen naturaleza arbitraria y son contrarias al derecho a la vida», por lo que ha recalcado que «deben terminar de inmediato», según un comunicado publicado por la oficina, encabezada por Volker Turk.

«Las autoridades ‘de facto’ siguen aplicando castigos corporales en público», ha criticado Laurence, quien ha detallado que entre los casos figura un castigo a latigazos contra un niño de doce años por «inmoralidad», hecho que tuvo lugar ante altos cargos de los talibán.

«Los castigos corporales suponen también una forma de trato o castigo cruel, inhumano o degradante y están prohibidos bajo el Derecho Internacional Humanitario», ha afirmado, antes de pedir igualmente a los talibán que pongan fin a este tipo de castigos.

Por último, ha hecho hincapié en que la oficina de la ONU «pide a las autoridades ‘de facto’ que garanticen un respeto total al debido proceso y el derecho a un juicio justo, en particular en lo relativo al acceso a representación legal por parte de cualquiera que haga frente a cargos».