El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ha lanzado durante la pasada noche un ataque con drones sobre dos almacenes de combustible situados en las ciudades rusas de Yártsevo y Rozdorove, en la provincia de Smolensk (oeste).
«Estas son las consecuencias de los drones del SBU, y esos objetivos son y seguirán siendo legítimos», ha dicho una fuente de los servicios de seguridad ucranianos a la agencia de noticias Ukrinform.
La misma fuente ha señalado que dichas bases pertenecen a Rosneft, la empresa petrolífera propiedad del Estado ruso y que en ellas se almacena hasta 26.000 metros cúbicos de combustible. El ataque ha provocado fuertes explosiones y un incendio a gran escala que ha provocado la evacuación del personal.
El incendio ha sido confirmado por el gobernador de Smolensk, Vasil Anokhin. «Nuestra región ha sido atacada nuevamente por drones ucranianos», ha escrito en su cuenta de Telegram.
Posteriormente, la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania (GUR) se ha atribuido un nuevo ataque sobre la planta metalúrgica de Novolipetsk, una de las cuatro mayores empresas siderúrgicas de Rusia, situada en la ciudad de Lipetsk.
El ataque con drones ha dejado una de las estaciones de la central parcialmente destruida y otras dos unidades inutilizadas, según ha revelado una fuente de los servicios de Inteligencia a la agencia de noticias de UNIAM.
En las últimas semanas, Ucrania ha intensificado sus ataques contra instalaciones en territorio ruso, a pesar de que sus aliados en Occidente le han mostrado su preocupación ante el temor de que el armamento utilizado sea el proporcionado por ellos y esto acabe derivando en una escalada del conflicto.