Las autoridades de Corea del Norte han alertado este jueves de que tomarán las medidas pertinentes en caso de que Estados Unidos saque adelante un nuevo mecanismo para recrudecer y supervisar las sanciones impuestas contra Pyongyang.

Así, han señalado que podría adoptar «fuertes medidas pragmáticas» para incrementar su fuerza militar después de que Washington haya prometido trabajar con Corea del Sur y otros países para establecer un comité experto alternativo que supervise las sanciones y el cumplimiento de las mismas por parte del país asiático. Esta medida ha sido puesta sobre la mesa después de que Rusia vetara en abril la posibilidad de extender la comisión de la ONU existente hasta ahora y que se encargaba precisamente de estas funciones.

«Francamente, si Estados Unidos impone nuevas sanciones contra Corea del Norte, aprovecharemos cualquier oportunidad existente para reajustar nuestra fuerza, tal y como teme Estados Unidos», ha aseverado Kim Un Chol, viceministro del Ministerio de Exteriores norcoreano para asuntos de Estados Unidos.

«Cada vez que Estados Unidos prepara nuevas sanciones en el seno de la ONU, lo que logra es que desarrollemos más ensayos balísticos y nucleares», ha puntualizado antes de afirmar que «se tomarán acciones contundentes» para impulsar estas áreas.

En este sentido, ha incidido en que el mecanismo de la ONU para supervisar las sanciones es «ilegal» y lleva desempeñando estas labores «una década». «Ahora corre el peligro de colapsar y Estados Unidos se está dando prisa para que no se rompa la estructura de presión ejercida mediante las sanciones», ha indicado, según un comunicado publicado por el Ministerio de Exteriores norcoreano.

Asimismo, ha recalcado que la población norcoreana lleva viviendo bajo sanciones impuestas por «fuerzas hostiles» más de medio siglo, una acción que ha tildado de «obsesiva» por parte de la Administración estadounidense. «Las sanciones, la herramienta diplomática favorita de Estados Unidos, puede ser vista como una forma de supervivencia para el país dado que les permite ejercer la dominación de otros pueblos», ha añadido.

Sin embargo, ha puntualizado, «el hecho de que se ha convertido en una piedra en el zapato de Estados Unidos es una innegable realidad». «El pueblo norcoreano se ha visto forzado a sufrir y pagar un alto precio por las sanciones inhumanas y bárbaras impuestas desde fuera, que han tenido un alcance y duración sin precedentes en la Historia», ha aclarado.

La representante de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, visitó la semana pasada la Zona Desmilitarizada (DMZ) que separa Corea del Norte de Corea del Sur, una visita que le sirvió para recalcar que Washington estaba analizando opciones «fuera de lo común» para supervisar el cumplimiento de las sanciones por parte de Pyongyang.

La diplomática estadounidense, que manifestó entonces que «todas las posibilidades están sobre la mesa», aclaró que Estados Unidos está «trabajando de forma estrecha con Corea del Sur y Japón para buscar formas creativas y originales de avanzar» en este sentido.