Existen diferentes tipos de microfibras en función del material y de la forma en la que hayan sido fabricadas. Cuando se habla de microfibras utilizadas en hormigón, la primera que viene a la mente es la fibra de polipropileno, por ser de las primeras que se han venido utilizando. Este tipo de fibra tiene la función de absorber agua en el hormigón fresco para retenerla durante un tiempo adicional y, de este modo, evitar el secado brusco del hormigón; sin embargo, no es la única. Fibratec ha introducido en el mercado las microfibras de vidrio AR fabricadas en Japón con el mayor contenido de zirconio a nivel mundial, cuya labor no es la de absorber agua en el hormigón fresco, sino sustituir los mallazos calzados en el tercio superior de las soleras de hormigón.
Precisamente, este ha sido el uso que se le ha dado a esta fibra en otra de las obras de pavimento industrial realizadas sin mallazos, gracias a la adición de 2 kg/m³ de V12-AM de Fibratec en un hormigón de 25 MPa. Un almacén en el que se guardan y apilan bobinas de cables eléctricos en la localidad de Cervera ha sido el escenario del uso de estas fibras con total éxito, ahorrando 50% de tiempo de ejecución, así como dinero y accidentes laborales que a menudo suceden por la manipulación de mallazos oxidados.
El hormigón es un material ideal para la construcción de pavimentos. Su resistencia a compresión es muy grande. Sin embargo, una solera de hormigón necesita tener resistencia a flexión por encima de todo. Esta resistencia viene determinada por el espesor del hormigón a emplear. También influyen en gran medida la compactación del terreno sobre el cual se va a construir la solera y el tipo y el área de apoyo de las cargas. Cuando se calcula un espesor de hormigón suficiente, no se requieren refuerzos adicionales. La forma de calcular el espesor necesario pasa por determinar la tensión que la carga va a generar en el hormigón. Acto seguido, se compara esta tensión con la tensión que el hormigón empelado es capaz de admitir. Si el hormigón admite la tensión creada, se concluye que ese espesor es suficiente. En este caso, se coloca una malla electrosoldada en el tercio superior de la solera, cuya función no es la de reforzar el hormigón, sino absorber las tensiones de la retracción plástica del hormigón, es decir las tensiones del curado, que dura desde los primeros minutos hasta varios años.
Las microfibras de Fibratec V12-AM absorben dichas tensiones en cada milímetro cúbico de la masa del hormigón, haciendo innecesario el uso de esta malla electrosoldada. Para saber calcular estos espesores con la ayuda del uso de la fibra V12-AM, se puede registrar en la web de Fibratec.