Más allá de las concurridas y hermosas playas de la Costa Dorada, se esconde un tesoro natural poco conocido, pero con un encanto sin igual, se trata de L’ametlla de Mar. Un pequeño pueblo marinero con aproximadamente 7.000 habitantes, repleto de calles empedradas, casitas blancas y un puerto tradicional que se convierte en un lugar ideal para quienes buscan desconectar del ruido de las grandes ciudades, olvidarse del estrés y disfrutar de unas vacaciones inolvidables.
Adicionalmente, la localidad cuenta con pintorescas urbanizaciones residenciales como Calafat, San Jorge de Alfama y Las Tres Calas, que mantienen viva la esencia cultural de la región e invitan a un viaje de desconexión y relax.
Rubén Ustárroz, asesor inmobiliario, financiero y contable y amplio conocedor de este pueblo catalán, comparte más información sobre las actividades y joyas naturales de esta localidad que combina belleza y encanto único.
L’ametlla de Mar, un paraíso natural con mucho que ofrecer
Donde terminan las maravillas de la playa nudista del Torn y la imponente playa de la Almadraba de Hospitalet del Infant, comienza el municipio de L’ametlla de Mar, hogar de innumerables calas que han dado el apodo de “caleros” a sus habitantes.
Muy alejado del característico turismo de masas de Salou o Cambrils, este pueblo marinero es considerado uno de los más encantadores de Tarragona. Con sus cuatro urbanizaciones (San Jordi de Alfama, Rocas Doradas, Las Tres Calas y Calafat), y sus más de 20 kilómetros de costa, la localidad sorprende con sus espectaculares acantilados y majestuosas bahías vírgenes que dejan ver la imponente belleza del mar Mediterráneo.
Experiencia gastronómica de altura
Si hay algo que atrae a cientos de turistas a L’ametlla de Mar, además de sus hermosas playas, es su rica gastronomía. La oferta está repleta de platos típicos mediterráneos, siendo el atún rojo el principal protagonista. Esto se debe a que la población alberga una producción pesquera de máxima calidad, sobre todo en lo relacionado con la pesca de esta especie que también se puede encontrar en los mejores restaurantes del mundo.
Adicionalmente, sus restaurantes ofrecen una carta muy variada de platos que conservan los sabores más frescos del mar como tapas de calamares, chipirones, gamba roja del Delta, mejillones al vapor, entre otros manjares que deleitan los paladares más exigentes.
Calas vírgenes y tesoros submarinos de Calafat
Dentro del litoral, una de las zonas más destacadas es Calafat. Aunque desconocida, cada kilómetro de ella es un viaje a la desconexión, la relajación y la tranquilidad.
En Calafat, la naturaleza pinta un lienzo de tonalidades infinitas, donde los azules y verdes del mar se mezclan en una sinfonía de colores hipnotizantes. Una de las principales características de este fondo marino es que está repleto de posidonias oceánicas, una planta endémica y exclusiva del Mediterráneo que se encarga de limpiar el agua y de añadirle un auténtico toque cristalino, dejando ver las hermosas tonalidades azuladas y verdosas que bordean la costa.
Asimismo, sus aguas tranquilas y cristalinas, provenientes del Golfo de Sant Jordi, además de ser un verdadero espectáculo natural, son un mítico viaje al pasado, ya que en algunas de ellas es posible contemplar decenas de barcos de la Primera Guerra Mundial que yacen en el fondo submarino.
Entre las calas más populares de la urbanización, se encuentra la salvaje Cala Llobeta, la convencional pero preciosa Calafato, la encantadora Lo Ribellet y la majestuosa Cala San Jordi con su castillo presidiéndola.
Explorar las maravillas submarinas con actividades acuáticas
Calafat ofrece una amplia variedad de posibilidades para explorar la belleza de su vida marina. Para los amantes de la aventura, existen servicios especializados como cursos de buceo, excelentes para descubrir la flora y fauna submarina, así como la oportunidad de practicar deportes acuáticos como windsurf o paddle, entre otros que garantizan una experiencia llena de adrenalina y diversión.
Asimismo, el toque de exclusividad de Calafat no solo lo aportan sus dos puertos privados, ideales para anclar barcos privados y sumergirse en la vida costera llena de lujo y comodidades, sino también el circuito de motos (emplazado al lado de la urbanización) que permite sentir la emoción de la velocidad.
Un sueño inmobiliario al alcance de todos
Quienes buscan una segunda residencia para disfrutar de sus próximas vacaciones, o vivir en un paraíso natural como Calafat, pueden contar con los servicios de profesionales en el área como Rubén Ustárroz. El asesor inmobiliario ofrece un servicio integral que ayuda a los usuarios a conseguir el inmueble de sus sueños en las encantadoras calas de Calafat, a precios muy competitivos.
En definitiva, en Calafat cada día es una aventura, cada ola es una invitación y cada tonalidad del mar es un regalo. Por esta razón, se convierte en un destino imprescindible en la agenda de cualquier viajero.