La Liga Nacional de Fútbol Femenino (NWSL) ha suspendido de por vida a cuatro entrenadores de fútbol femenino y ha anunciado sanciones contra dirigentes y clubes, tras las investigaciones sobre abusos sexuales, abuso de poder y manipulación psicológica llevadas a cabo por el organismo.
La NWSL y su sindicato de jugadoras habían anunciado en diciembre los resultados de la investigación que encargaron, en la que se detectaron «conductas indebidas generalizadas» contra jugadoras que se remontan a los inicios de la liga, hace casi una década. No se trata de incidentes aislados.
Los exentrenadores Paul Riley (Carolina del Norte), Rory Dames (Chicago Red Stars) y Richie Burke (Washington Spirit) han sido expulsados de por vida de la NWSL, al igual que el técnico Christy Holly (Racing Louisville). Además, al exentrenador Craig Harrington (Utah Royals) y a la exentrenadora del Gotham FC (Nueva Jersey) Alyse LaHue se les ha prohibido trabajar en la NWSL durante dos años.
La investigación tiene su origen en las acusaciones de acoso y agresión sexual formuladas contra Paul Riley por dos antiguas jugadoras. Riley, que negó todas las acusaciones, fue uno de los cinco entrenadores de la NWSL que fueron despedidos o dimitieron en 2021 por las acusaciones.
Varios equipos fueron multados; Chicago Red Stars deberá pagar 1,5 millones de dólares -unos 1,4 millones de euros- en multas, Portland Thorns un millón de dólares, Racing Louisville 200.000 dólares y North Carolina Courage, 100.000 dólares. Seattle Reign FC, donde juega la superestrella Megan Rapinoe, y Gotham fueron sancionados con multas de 50.000 dólares cada uno.
«La liga seguirá dando prioridad a la aplicación y mejora de políticas, programas y sistemas que antepongan la salud y la seguridad de nuestras jugadoras», anunció la directora ejecutiva de la NWSL, Jessica Berman. Su predecesora, Lisa Baird, había dimitido cuando las acusaciones de las jugadoras se hicieron públicas y suscitaron cada vez más atención
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