El gabinete de guerra ha aprobado este jueves dar orden al equipo negociador para seguir trabajando de cara a un posible acuerdo con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) para la liberación de los secuestrados durante los ataques ejecutados el 7 de octubre, que incluiría un alto el fuego en la Franja de Gaza.
La oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu, ha señalado que el gabinete de guerra ha decidido durante una reunió continuar con estos esfuerzos, mientras que fuentes citadas por el diario ‘Haaretz’ han desvelado que se habría dado más margen de maniobra a la delegación para estos contactos.
Así, estas fuentes han especificado que los integrantes del gabinete de guerra han abordado propuestas por parte del equipo negociador de cara a reiniciar las negociaciones indirectas con Hamás, que pide un alto el fuego y la retirada de tropas de Gaza como requisito para un acuerdo, extremo rechazado frontalmente por el Gobierno.
La decisión ha sido tomada poco después de que las autoridades de Egipto amenazaran con retirarse como mediador en las conversaciones, después de que la cadena de televisión estadounidense CNN publicara que la Inteligencia egipcia había cambiado levemente los términos del pacto sin conocimiento del resto de mediadores.
«Los continuos intentos de sembrar dudas e insultar los esfuerzos y funciones de mediación de Egipto, con acusaciones que contradicen la realidad, solo conducirán a complicar aún más la situación en Gaza y en toda la región, y pueden presionar a la parte egipcia a tomar la decisión de retirarse completamente de la medicación que está llevando a cabo en el conflicto», dijo el jefe del Servicio de Información Estatal, Diaa Rashwan.
Los contactos permanecen estancados desde hace semanas, después de que Israel lanzara una ofensiva contra la ciudad de Rafá, en la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto, apenas un día después de que Hamás anunciara que aceptaba una propuesta de acuerdo presentada por Egipto y Qatar, considerada insuficiente por las autoridades israelíes.
Las operaciones militares israelíes permitieron al Ejército ahcerse el 7 de mayo con el control del lado palestino del paso fronterizo, suspendiendo la entrada de ayuda humanitaria a través del mismo, lo que ha desatado las alarmas internacionales ante el ahondamiento de la crisis en el enclave. Además, unas 900.000 personas han huido desde entonces de la ciudad, según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA).