Los accionistas de Tesla han votado a favor de la propuesta para entregarle al fundador del fabricante, Elon Musk, una remuneración a través de opciones sobre acciones valorada en 56.000 millones de dólares (52.333 millones de euros), sin embargo, se negaron a aceptar una moratoria sobre el abastecimiento de metales para baterías de vehículos eléctricos de ecosistemas de aguas profundas.
Los inversores activistas habían presionado al fabricante de automóviles para que se uniera a otros líderes de la industria para considerar los impactos de la minería en aguas profundas en su reunión anual de accionistas.
‘As You Sow’, una organización sin fines de lucro que promueve la responsabilidad social corporativa, presentó una propuesta en diciembre pidiendo a los accionistas imponer una moratoria sobre el abastecimiento de minerales de los fondos marinos profundos.
«Vemos a Tesla, la cara de la transición a los vehículos eléctricos, como un rezagado», mencionó la coordinadora del programa de biodiversidad de la organización sin fines de lucro, Elizabeth Levy, en declaraciones recogidas por Bloomberg.
El pasado jueves, el 78% de los accionistas de Tesla votaron en contra de la propuesta y el 6% votó a favor, incluidas abstenciones y no votos de los corredores.
A principios de este mes, los inversores de General Motors rechazaron una propuesta similar, también presentada por ‘As You Sow’, que habría requerido que la compañía revelara públicamente cualquier uso de minerales de aguas profundas en su cadena de suministro.
La propuesta, sin embargo, recibió el apoyo del 12% de los inversores, suficiente para que ‘As You Sow’ la presente de nuevo el año que viene.
NÓDULOS POLIMETÁLICOS
Si bien la minería comercial en aguas profundas no ha comenzado, la industria apunta a extraer rocas del tamaño de una patata llamadas nódulos polimetálicos que se encuentran en el lecho marino a 4.000 metros debajo de la superficie. Contienen metales utilizados en las baterías de vehículos eléctricos, como cobalto y níquel.
La lucha por la minería en aguas profundas se está intensificando a medida que un número creciente de naciones, científicos y ambientalistas piden una moratoria o prohibición de la minería en ecosistemas de aguas profundas frágiles y biodiversos, que albergan organismos que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta.
Una organización afiliada a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se encuentra en medio de una lucha prolongada por la redacción de regulaciones para la minería del fondo marino.
La naciente industria minera de aguas profundas sostiene que los minerales del fondo marino acelerarán la descarbonización, proporcionando los materiales necesarios para construir nuevas baterías y otras tecnologías que son clave para la transición energética.
Algunos países como Noruega también están de acuerdo y a principios de este año, el país escandinavo intentó explotar los fondos marinos del Ártico.
En enero, Tesla apeló a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) para que omitiera la propuesta de minería en aguas profundas de la reunión de accionistas de este año, diciendo que tenía como objetivo microgestionar la empresa.
El director senior y asesor general de Tesla, Derek Windham, escribió entonces que «la propuesta no se centra en una cuestión importante de política social que trasciende el negocio ordinario de la empresa». La SEC rechazó la solicitud de Tesla el 27 de marzo.
Esta votación pone de relieve una cuestión más amplia a la que se enfrenta la industria automovilística: si los materiales de aguas profundas son necesarios para competir en la carrera mundial de vehículos eléctricos.
Varios fabricantes de automóviles no estadounidenses (incluidos Volvo Car, Volkswagen y BMW) ya han firmado una moratoria sobre la minería en aguas profundas en cooperación con el Fondo Mundial para la Naturaleza.
«Estados Unidos es un seguidor en este sentido», dijo la presidenta de ‘As You Sow’, Danielle Fugere. «Otros países están más adelantados y esto se refleja en la forma en que operan las empresas automotrices», añadió.
BATERÍAS DE FOSFATO DE HIERRO Y LITIO
Tesla utiliza cada vez más baterías de fosfato de hierro y litio (LFP, por sus siglas en ingléS), que también son populares en China y no dependen del níquel ni del cobalto.
La compañía ha seguido ampliando su cadena de suministro de LFP en EE.UU y afirma que, a principios de 2022, casi la mitad de los vehículos que producía tenían baterías de este tipo.
El director ejecutivo de Metals Company, una importante empresa minera de los fondos marinos, ha dicho que la química de las baterías está sujeta a nuevos cambios.
«Creo que los LFP están llenando un cierto segmento del mercado», ha afirmado en declaraciones recogidas por la agencia estadounidense.
«Durante la próxima década, las sustancias químicas basadas en sodio se volverán más populares y reemplazarán parte de la cuota de mercado de LFP. Y eso requerirá los metales de nuestros nódulos», ha añadido.
Los votos de los accionistas de Tesla y GM se producen en un momento en que el panorama de los vehículos eléctricos se enfrenta a un cambio importante.
Para finales de 2025, la industria mundial de baterías será capaz de fabricar cinco veces más celdas de las que requiere la demanda, según la empresa de datos BloombergNEF.
También se prevé que el contenido de níquel de las baterías de los vehículos eléctricos caiga un 25% el próximo año, según estimaciones del medio.
Esos cambios podrían hacer que la extracción de níquel y otros minerales en el lecho marino sea ambientalmente dudosa y económicamente desaconsejable.