Congresistas brasileños buscan crear una comisión para investigar el papel de Bolsonaro en la crisis

Congresistas brasileños buscan crear una comisión para investigar el papel de Bolsonaro en la crisis

El expresidente del Senado, Renan Calheiros, ha confirmado este lunes que se está trabajando en el Congreso de Brasil para formar una comisión de investigación sobre el papel que habría desempeñado el expresidente Jair Bolsonaro en la crisis política y que una de sus primeras medidas será la de reclamar su vuelta.

«Bolsonaro puede y va a ser convocado. Tiene que venir a responder por los crímenes que cometió. Además de esto, él ahora será investigado en primera instancia», ha confirmado Calheiros al diario económico ‘Valor’.

Calheiros, quien ya participó en la comisión especial encargada de investigar la gestión del gobierno de Bolsonaro durante la crisis del coronavirus, ha señalado que confía en que para principios de febrero puedan dar comienzo los trabajos de este nuevo comité parlamentario.

Una de las primeras medidas de esta Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) será la de reclamar la vuelta de Bolsonaro, quien se encuentra en Estados Unidos desde finales de diciembre.

Calheiros ha adelantado que nadie dejará de ser investigado. «Hay que ser objetivos», ha recalcado. «Tenemos la oportunidad de investigar todo, quiénes en las Fuerzas Armadas colaboró, qué empresarios financiaron estos actos, quién en la clase política ayudó», ha dicho.

Entre otras de las medidas que baraja esta futura comisión será la de hablar con el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) para expulsar al gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, por su inacción durante el ataque «terrorista» y «golpista», tal y como lo han calificado las autoridades, de las instituciones.

A a pesar de que se apresuró a pedir disculpas, Ibaneis, aliado de Bolsonaro, fue apartado del cargo este lunes de manera momentánea por orden del juez del Supremo, Alexandre de Moraes, quien le acusó a él como al cesado responsable de Seguridad, Anderson Torres, de «omisión» y «connivencia» con los asaltantes.

Calheiros ha aprovechado la ocasión también para criticar a su declarado enemigo político, el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lira, a quien ha acusado de querer mantener la CPI entre las paredes del Senado.

«Lira estaba hasta ayer abrazado a Bolsonaro y queriéndole aprobar el cargo de senador vitalicio», ha dicho Calheiros horas después de que otros senadores, como Soraya Thronicke de Unión Brasil confirmara la intención de varios congresistas por sacar adelante cuanto antes esta nueva CPI.

La propuesta de Thronicke, rival de Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva en la primera vuelta de las elecciones, ya ha sido respaldada por otros senadores como Humberto Costa, del Partido de los Trabajadores (PT); Randolfe Rodrigues de Red; y Eliziane Gama, de Ciudadanía.

Al estilo del comité en Estados Unidos que durante este último año investigó el grado de implicación del expresidente Donald Trump en el asalto al Capitolio, en la Cámara de Diputados de Brasil también existe una iniciativa para investigar a Bolsonaro por lo ocurrido, tal y como ha adelantado Rogério Correia, del PT

«Solo con Bolsonaro preso tendremos paz y democracia. Sin descanso hasta que esto no suceda. Me expresaré permanentemente en este sentido durante mi mandato. Desde ya me comprometo a solicitar una CPI sobre estos acontecimiento», ha escrito en su perfil de Twitter.

Ante las acusaciones, Bolsonaro se ha desentendido y ha negado cualquier tipo de responsabilidad, tal y como han venido denunciando desde el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. El ministro de Justicia, Flávio Dino, ha recordado que el expresidente ha protagonizado una «transición conflictiva» al no reconocer los resultados de las elecciones y defender supuestas teorías de fraude.

Miles de seguidores del expresidente de Brasil Jair Bolsonaro han asaltado este domingo las sedes del Congreso Nacional, el Palacio de Planalto y el Tribunal Supremo en Brasilia, tras varios meses de movilizaciones y protestas violentas por su descontento con el triunfo en las urnas de Luiz Inácio Lula da Silva.

Como consecuencia Lula ha decretado la intervención federal de Brasilia para asumir las competencias de seguridad. En un comunicado conjunto, los tres poderes del Estado asaltados han recalcado su «unidad» para hacer frente a este tipo de ataques a los que han calificado de «terrorismo» y «golpismo».


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