La coordinadora especial de Naciones Unidas para Líbano, Jeanine Hennis-Plasschaert, ha pedido este miércoles desde Beirut un alto el fuego entre el Ejército de Israel y el partido-milicia chií libanés Hezbolá, y que se aplique de forma integral la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de la ONU, ante el temor de «desastrosas consecuencias» de una confrontación regional total.
«Una continuación (de la muerte y la destrucción que hemos visto hasta ahora) no traerá seguridad. Puede llevar a victorias tácticas a corto plazo, pero los triunfos tácticos a largo plazo seguirán siendo difíciles de alcanzar. Es muy sencillo: la maquinaria de la guerra no aborda las cuestiones subyacentes (…) Además, como nos ha demostrado la historia, la violencia solo genera más violencia», ha declarado en videollamada ante el Consejo de Seguridad.
Hennis-Plasschaert ha lamentado que a finales de septiembre «las normas no escritas relacionadas con la disuasión mutua, un mundo de inestables ecuaciones de poder y líneas rojas autodeclaradas, simplemente se evaporaron a medida que la violencia se descontrolaba». Así, «hoy Líbano se encuentra enfrentando un conflicto y una crisis humanitaria de proporciones catastróficas».
«Os hablo desde Beirut. Puedo deciros, sin reparos, que la situación es terrible. Los bombardeos incesantes forman ahora parte de la vida cotidiana en Líbano, con las últimas explosiones hace menos de media hora. Demasiadas personas están pagando un precio inimaginable: más de 2.000 muertos, muchos más heridos y cientos de miles de desplazados», ha relatado, agregando que «en poco más de una semana» se ha superado el número de muertos de la guerra de 2006, que duró un mes.
Mientras que ha expresado que «la situación es aterradora e inquietante», ha hecho hincapié en que «la gente de toda la región y del mundo entero contiene la respiración y advierte de las desastrosas consecuencias de una confrontación regional aún mayor». «No podemos volvernos insensibles. No podemos aceptar esto como la nueva normalidad. Si lo hacemos, corremos el riesgo de caminar dormidos hacia el abismo», ha advertido.
MARGEN PARA LA DIPLOMACIA
Ante esta situación, ha señalado que «para empezar» debe haber un alto el fuego inmediato como forma de «aliviar el colosal sufrimiento humano que está ocurriendo ahora mismo» y para que los esfuerzos diplomáticos «se afiancen y tengan éxito». «No se llevará a cabo un debate racional bajo fuego enemigo. Y permítanme expresar una vez más mi esperanza de que Israel también esté ahora dispuesto a sumarse a los numerosos llamamientos que se han hecho», ha dicho.
En segundo lugar, ha pedido una «hoja de ruta realista» para la aplicación de la resolución 1701, que contenga «mecanismos claros» de aplicación y cumplimiento. «Al fin y al cabo, es la falta de aplicación de la resolución 1701 durante los últimos 18 años lo que ha llevado a la dura realidad de hoy», ha asegurado.
Por último, ha apuntado que el Estado libanés «vuelva a la ecuación», especialmente después de que haya dado su apoyo al alto el fuego y manifestado su compromiso con la plena aplicación de la resolución. Para ello «será fundamental» un Estado libanés «unido, empoderado y equipado».