Todas las células de nuestro cuerpo tienen integrado su propio reloj, que es controlado por una pequeña área de nuestro cerebro, dando lugar a lo que conocemos como ritmos circadianos. Estudiando estos ritmos, se ha demostrado que las células de la piel (fibroblastos, melanocitos y queratinocitos) actúan de forma coordinada y tienen una tasa de regeneración y reparación más alta durante la noche: «Las cremas de noche suelen llevar muchos activos reparadores que facilitan esta función, …