Seis de cada diez empresas familiares prevé aumentar su facturación en 2024 y el 31% estima que igualará las ventas del ejercicio pasado, según los resultados de la encuesta de la empresa familiar que ha difundido este lunes el Instituto de la Empresa Familiar (IEF).
La encuesta revela que el 9% de las empresas familiares espera facturar en 2024 cifras inferiores a las de 2023, mientras que, en cuanto al empleo, el 48% cree que mantendrá los niveles de empleo actuales.
En todo caso, más del 40% (42%) afirma que incrementará la plantilla, al tiempo que el 10% estima que la reducirá.
MÁS DE LA MITAD NO HA RECURRIDO A LOS FONDOS ‘NEXT GEN’
Asimismo, más de la mitad de las empresas familiares (el 55%) asegura que no ha recurrido a los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (Next Generation), mientras que el 23% declara haber sido beneficiaria en un porcentaje bajo «en relación con su balance».
Según la encuesta, la valoración que hacen las empresas familiares de la actual situación económica, en una escala de 0 a 9, es de 5,55 puntos.
En este contexto, a corto y medio plazo, el 59% de las empresas familiares estima que la economía mostrará un crecimiento «moderado», con una «limitada» creación de empleo neto, al tiempo que el 38% espera un crecimiento «frágil» sin creación de empleo. Solo el 3% prevé que se produzca un crecimiento rápido de la actividad acompañado de una «intensa» creación neta de empleo.
En cuanto a los riesgos más relevantes para la economía y competitividad del país, las empresas familiares apuntan principalmente a los cambios regulatorios, seguido de la dificultad para encontrar profesionales cualificados y los riesgos geopolíticos. En este sentido, tienen claro que los principales retos de futuro para la modernización de las empresas son la captación y retención de talento, la digitalización y la implementación de la inteligencia artificial y la innovación y el desarrollo de nuevos productos.
La encuesta también releva que casi el 60% de las empresas familiares necesita una cualificación «media» de sus empleados, mientras que el 35% precisa de una formación «alta» en la mayoría de su plantilla.