Naciones Unidas ha aplaudido este viernes la liberación de más de 7.000 reos en Birmania con motivo del 75º aniversario de la independencia del país y ha reclamado a la junta que excarcele e «miles más que siguen detenidos por oponerse al régimen militar».
«La liberación de presos políticos en Birmania no es sólo un alivio para los injustamente detenidos, sino también para sus familias», ha dicho Jeremy Laurence, portavoz del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, quien ha agregado que «hay gente que sigue siendo detenida por oponerse al régimen militar, muchos de los cuales han sido sometidos a torturas y malos tratos».
Así, ha manifestado que «estas detenciones no sólo buscan silenciar a los críticos con la junta, sino que están diseñadas para infundir miedo», al tiempo que ha reiterado su llamamiento a favor del fin de las detenciones arbitrarias «de una vez por todas» en todo el mundo.
Laurence ha subrayado que, con motivo del 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la ONU ha pedido a todos los gobiernos que «garanticen una amnistía, perdón o simple liberación de todos los detenidos por ejercer sus derechos». «El camino para salir de la crisis de Birmania no es encerrar a la gente, sino permitirle que participe en la vida política de forma libre, total y efectiva», ha remachado.
La junta está al frente de Birmania desde el golpe de Estado de febrero de 2021, perpetrado por el Ejército para anular los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2020, en las que la Liga Nacional para la Democracia (NLD) se hizo con la mayoría parlamentaria.
La asonada se vio seguida por una dura campaña de represión contra opositores, activistas y manifestantes que se ha saldado hasta la fecha con cerca de 2.700 muertos y unos 17.000 detenidos –incluidos más de 13.200 que siguen bajo custodia–, según datos publicados por la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) a través de su cuenta en Twitter.
Las protestas iniciales contra el golpe de Estado han derivado en la formación de grupos armados de resistencia y en el refuerzo de las milicias étnicas ya presentes en el país antes de la asonada, lo que ha provocado un repunte de los combates en varios puntos del país, especialmente en el norte.
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