Arabia Saudí ha propuesto este miércoles acoger una nueva cumbre árabe-islámica el 11 de noviembre con vistas a abordar la situación en Oriente Próximo, con motivo de los bombardeos israelíes contra los territorios palestinos, donde desde hace un año han muerto más de 43.000 personas, y la expansión del conflicto a Líbano, donde se ha registrado la muerte de más de 2.800 libaneses.
Esta iniciativa es una continuación de los esfuerzos realizados por el príncipe heredero saudí Mohamed bin Salmán, en coordinación con líderes de otros países árabes e islámicos y como prolongación de la cumbre conjunta celebrada el 11 de noviembre de 2023, que tenía por objetivo discutir la guerra en Gaza, según reza un comunicado recogido por la agencia de noticias saudí SPA.
Riad ha aprovechado la ocasión para reafirmar su condena y denuncia de los «crímenes y violaciones que están perpetrando las autoridades de ocupación israelíes contra el pueblo palestino, aparte de los continuos ataques y violaciones israelíes contra el pueblo del Líbano», a la luz de «la evaluación de la situación actual en la región, la continuación de la agresión impía israelí en los territorios palestinos ocupados, y su expansión a incluir a Líbano en un intento de socavar su soberanía e integridad territorial».
El conflicto en Líbano estalló el 8 de octubre de 2023, después de que Hezbolá empezara a lanzar proyectiles contra territorio israelí un día después de los ataques ejecutados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas, que se saldaron con unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados, según las autoridades israelíes.
Israel respondió lanzando una cruenta ofensiva contra la Franja de Gaza –que deja hasta la fecha más de 43.000 palestinos muertos, a los que se suman más de 750 en Cisjordania y Jerusalén Este–, motivo que llevó a Hezbolá a lanzar sus ataques para abrir otro frente en el norte de Israel en apoyo a la «resistencia» palestina, desencadenando un conflicto que sigue abierto.
El Ejército israelí desató el 1 de octubre una nueva invasión de Líbano tras varias semanas de intensos bombardeos y ataques contra el país, incluida la explosión coordinada de miles de dispositivos de comunicación, después de más de once meses de combates con Hezbolá en la zona fronteriza.