Si no se ponen medidas en marcha, hasta 20 millones de personas se verán obligadas a dejar las áreas costeras del Mediterráneo y desplazarse por el aumento del nivel del mar previsto para 2100. Otras infraestructuras, como redes de transporte o lugares de patrimonio cultural, también estarán en alto riesgo.
Estas son las conclusiones del informe sobre clima y riesgos en las zonas costeras que los Expertos del Mediterráneo en Clima y Cambio Medioambiental (MedECC, por sus siglas en inglés) publican este lunes. En el texto se alerta además de que el índice de aumento del nivel del Mediterráneo es de 2,8 milímetros (mm), el doble que la media del siglo XX. De cara a finales de siglo, se espera que el nivel medio del océano pueda aumentar un metro.
En opinión de los expertos, esto hará que se incremente el riesgo de inundaciones relacionadas con tormentas y también provocará la inundación permanente de determinadas zonas a lo largo de las costas mediterráneas. En una situación de emisiones medias, el informe avisa de que es probable que los acontecimientos extremos relacionados con el nivel del mar, que suceden una vez cada cien años, aumenten su frecuencia en un 10% como mínimo en 2050 y en un 22% en 2100.
En este estudio han participado 55 autores de 17 países y entre sus coordinadores ha estado María Carmen Llasat, profesora de Físicas Aplicadas de la Universidad de Barcelona (UB). A lo largo del estudio, los investigadores han manifestado su creencia de que es «muy probable» que las temperaturas del aire en superficie en la región del Mediterráneo continúen aumentando más que el promedio mundial.
A su vez, han valorado como muy posible que se siga incrementando la frecuencia e intensidad de los extremos cálidos y la evapotranspiración y que disminuyan las precipitaciones según la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que se consiga en un futuro. Por otro lado, los autores han incidido en que el aumento de la temperatura hará que se alcance el límite de adaptación de los ecosistemas de la zona cuando se alcancen los 3ºC.
Según han advertido, ésto redundará en una mayor degradación del entorno y dificultará la gestión de los recursos hídricos. Además, han explicado que a esto hay que sumar que el Mediterráneo es el mayor destino turístico del mundo, lo que aumenta la presión.
Asimismo, han subrayado que se espera que las olas de calor marinas sean más habituales en el futuro. Tal y como han recogido en el informe, éstas han aumentado las emisiones de carbono y favorecen la aparición de especies tropicales no autóctonas. De manera paralela, también han provocado episodios de muertes masivas que han afectado a corales, esponjas, moluscos, briozoos y equinodermos.
Por último, han incidido en que el Mediterráneo es una de las zonas más contaminadas por residuos plásticos del mundo. En concreto, los plásticos representan hasta el 82% de la basura visible, el 95-100% del total de la basura marina flotante y más del 50% de la basura en el suelo marino. De cara a 2040, los científicos han estimado que los vertidos de plásticos al mar se duplicarán si la producción de plástico anual sigue aumentando a un índice de un 4% y si la gestión de residuos no experimenta una mejora radical.
«GRAVES RIESGOS» PARA EL TURISMO, LA AGRICULTURA Y LA PESCA
En líneas generales, han remarcado que se anticipa que el cambio climático plantee «graves riesgos» para importantes sectores económicos como el turismo de playa de verano, la agricultura, la acuicultura y la pesca en la región. De cara al futuro, pronostican que los riesgos de escasez de agua se incrementen.
Además, han considerado que las acciones actuales para solucionar los problemas ambientales, la adaptación al cambio climático y su mitigación son insuficientes para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y que los riesgos del cambio climático se exacerbarán sin acciones transformadoras en todos los sectores, sistemas y escalas.
Tal y como han advertido, la eficacia de las medidas de conservación dependerá en gran medida del éxito en los trabajos de mitigación del cambio climático. En este sentido, los límites serán cada vez más estrictos a medida que aumente la temperatura mundial.