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El biólogo David Bueno explora cómo las artes «ayudan a pensar» y a aprender en ‘L’art de ser humans’

Por Redacción

El biólogo David Bueno explora cómo las artes inciden en el desarrollo humano, «ayudan a pensar» y contribuyen al aprendizaje en ‘L’art de ser humans’ (Destino), su último ensayo que se publica este miércoles y con el que ganó el Premi Josep Pla 2025.

En rueda de prensa este lunes, ha explicado que la idea de este libro «la llevaba dentro desde 2010», ya que él defiende un encaje de las artes en las ciencias y viceversa, y considerar a la ciencia y la filosofía como artes porque el cerebro las procesa de la misma manera, en sus palabras.

El ensayo, que comienza abordando el arte de hablar, asegura que los seres humanos han «potenciado» sus capacidades cognitivas a través del lenguaje, y el autor ha hecho un llamamiento empoderar este aspecto hoy en día.

«Socialmente estamos perdiendo el arte de hablar: hablamos menos que antes, dedicamos más tiempo a mirar pantallas, todo el mundo está con la pantalla más frecuentemente, en lugar de pasar un tiempo juntos. El hecho de hablar enriquece», ha reivindicado.

EDUCACIÓN

Para el escritor, es importante incluir esta visión de las artes en el aprendizaje y el sistema educativo, ya que, según él, ayuda a profundizar en los conocimientos: «Pienso que hemos adquirido una visión excesivamente utilitarista de la educación».

«La cosa no es hacer más matemáticas sino de otra manera: quizás las hemos separado tanto de otros conocimientos que el cerebro de los niños no ven el significado de lo que están haciendo», ha añadido.

Cree que las administraciones educativas deben «tener claro que los currículos deben ir por aquí», es decir, que ciencias y artes no tienen por qué ir por separado, y que los propios docentes pueden aprovechar sus intereses propios, por ejemplo de cultura, e integrarlos en el aula.

También señala la presión social como factor que incide en el ámbito educativo: «Me he encontrado centros educativos que nos dicen ‘nosotros ya querríamos hacer más’ pero hay toda esta presión social de decir ‘no, dediquemos horas a hacer lo que después les será útil’, y por útil entienden matemáticas y lenguas, pero útil es todo».

‘HOMO ARTISTICUS’ Y EL JUEGO

En el ensayo, Bueno reivindica el ‘Homo artisticus’ que, a su juicio, lleva toda persona dentro y considera que se debe volver a situar la creatividad y el pensamiento crítico en el centro de la educación.

Defiende la importancia del juego para el desarrollo humano, ya que incluye movimiento e imitación, y cree que es algo que se fomenta en Educación Infantil y en Primaria, pero que en ESO ya no se hace «cuando resulta que el cuerpo de los adolescentes está cambiando a una velocidad espantosa».

En este sentido, cree que es importante que los adolescentes no solo trabajen su cerebro sino que aprendan también sobre su cuerpo y mente: «Algunos problemas de los adolescentes, de autopercepción y de autoestima, no se producirían si trabajáramos también de esta otra manera».

Bueno ha reivindicado «la importancia de aburrirse» para integrar los aprendizajes previos y cree que cada día los niños deberían tener una hora o una hora y media para estar solos y jugar, ya que ve perjudicial para su cerebro que no paren todo el día de hacer cosas.

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