Ya lo avanzamos cuando la organización de ‘Supervivientes’ decidió castigar a Anita y a Montoya a convivir enjaulados durante 24 horas tras saltarse las normas -después de que la catalana atravesase la valla de separación de sus respectivas playas para buscar el consuelo y el apoyo de sus exnovio tras una fuerte pelea con sus compañeros de ‘Playa Calma’-, que más que un castigo se trataba de un ‘premio’ para la expareja de ‘La Isla de las Tentaciones’.
Y así ha sido. Esta sanción ha servido para que, encerrados en un espacio mínimo a solas, hayan dado rienda suelta a sus sentimientos, besándose al caer la noche cuando se disponían a dormir abrazados y creían que no había cámaras grabando el momento. Cada vez más cerca, se dejaban llevar y protagonizaban un apasionado beso. «No hay cámara ¿no?» preguntaba Anita entre abrazo y caricia, minutos antes de exclamar «a ver si voy a volver preñada…».
Un acercamiento definitivo que la pareja ha visto durante la gala de ‘Supervivientes: Tierra de nadie’, cuando se han sincerado con Carlos Sobera, sin poder contener las lágrimas, sobre lo que ha significado su beso.
La verdad que lo necesitábamos los dos. Al final es como que tengo un apoyo muy grande en la otra playa pero no podemos darnos un abrazo o hablar de cosas pendientes. Nos ha venido muy bien a los dos», ha reconocido Anita. «Lo he vivido con mucha emoción, para mí ha sido una cura emocional, no sabía que la persona que más ansiedad me ha dado en los últimos tiempos iba a ser quién me la iba a quitar. Lo necesitaba porque lo he pasado muy mal. Ahora, estar sintiéndome así de feliz y viendo un apoyo en ella, creo que es lo máximo», confesaba a su vez Montoya.