El Ejército de Sudán ha aceptado la petición de la ONU para dar comienzo a una semana de tregua en los combates en la ciudad de El Fasher, la capital de Darfur Norte, mientras las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) han respondido que no han recibido notificación alguna de la oferta de la ONU y han sido acusadas en las últimas horas por médicos sudaneses de nuevos ataques contra la ciudad que han dejado 13 muertos y más de 20 heridos.
El Fasher lleva meses bajo el asedio de las RSF y se encuentra, según organizaciones humanitarias internacionales, en una situación crítica, al borde de la hambruna. La ciudad, protegida por militares y milicias a las órdenes del gobernador de Darfur, Minni Minawi, vive sometida a bombardeos constantes que están aniquilando las entradas de ayuda y los centros médicos.
La tregua fue aceptada por el líder sudanés, Abdelfatá al Burhan, el viernes por la tarde en una decisión aplaudida por Minawi en un mensaje publicado en su página de Facebook, donde garantizó el «compromiso categórico e incondicional del Gobierno sudanés con esta tregua humanitaria».
Activistas sudaneses, en un comunicado recogido por el ‘Sudan Times’, recomendaron por su parte al secretario general de la ONU, António Guterres que «extendiera su petición» al comandante paramilitar, Mohamed Hamdan Dagalo, alias ‘Hemedti’, cuya organización dice no tener conocimiento de semejante oferta, según su asesor legal, Mohamed al Mujtar al Nur.
Al Nur, en declaraciones al diario saudí ‘Asharq al Awsat’, no solo ha asegurado que no ha recibido la petición sino que de todas formas no tiene intención de aceptar un alto el fuego «ni parcial ni total, ni en El Fasher ni en ninguna parte». Es más, el asesor ha asegurado que, por lo que él tiene entendido, la ciudad está completamente vacía tras una evacuación multitudinaria organizada durante los últimos días por el grupo paramilitar.
De hecho, en su cuenta de Telegram, las RSF anunciaron que están dedicando este fin de semana para «organizar la evacuación de miles de civiles de El Fasher tras la rendición de varios comandantes de las Fuerzas Armadas Sudanesas y la Fuerza Conjunta» con las milicias de Minawi. Al Nur, en este sentido, ha explicado que la mayor parte de los habitantes que quedaban en El Fasher se encuentran ahora en localidades de las afueras como Tawila, Karma o Yebel.
Naciones Unidas sí que ha confirmado durante los últimos meses que cientos de miles de personas han logrado escapar de El Fasher — más de 330.000 durante los primeros meses del año — pero no tiene constancia de desplazamientos masivos recientes y el pasado 9 de mayo estimó que más de 100.000 personas seguían atrapadas en la ciudad.
Otros elementos próximos a las RSF, como su «asesor» Elbasha Tbaeq también han denunciado que esta tregua no es más que un intento «desesperado» de las fuerzas sudanesas para «proporcionar comida y munición a sus milicias asediadas, que están en las últimas» y exigido a la ONU que, en lugar de hablar con el Ejército, comente la situación con «el ala humanitaria» del grupo paramilitar, según un mensaje en la red social X.
CASI 240 NIÑOS SE HAN MUERTO DE HAMBRE DESDE ENERO
Al poco de anunciar el Ejército que aceptaba la tregua, la Red de Médicos de Sudán denunció el viernes un nuevo ataque de las RSF, un «bombardeo deliberado de artillería» que ha matado a 13 personas, entre ellas tres niños, y herido a otras 21; un bombardeo que ha roto «dos semanas de relativa calma» en la ciudad, según describieron en su cuenta de X.
Poco después, han publicado un nuevo balance de la crítica situación humanitaria en la ciudad, donde se han muerto de hambre, desde enero hasta junio, 239 niños como consecuencia «de la creciente hambruna, la destrucción de almacenes de nutrición infantil por los bombardeos y la persistente falta de suministros esenciales».
La organización «lamenta profundamente la continua desatención de la comunidad internacional a la infancia de Darfur, que ha padecido más de un año de asedio», antes de insistir en que «El Fasher y los campamentos circundantes en el estado de Darfur del Norte se enfrentan a una ausencia casi total de alimentos y suministros médicos, además de precios inasequibles para los artículos de primera necesidad».
La guerra de Sudán es uno de los conflictos más devastadores de la historia reciente del continente africano. La ruptura de las negociaciones entre Ejército y paramilitares para unificar fuerzas desencadenó en abril de 2023 una batalla sin cuartel por todo el país y reavivó conflictos tribalistas en la región de Darfur.
El número de víctimas mortales es, por ahora, incontable, y cientos de miles de personas han escapado de sus hogares para convertirse en desplazados o refugiados en países vecinos, bajo la amenaza de enfermedades como el cólera o las atrocidades cometidas por ambos bandos, denuncian organismos internacionales.