La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado este jueves que continúan las «atrocidades masivas» y la «violencia indiscriminada de carácter étnico», en la región sudanesa de Darfur Norte, en el marco de la guerra civil que estalló en abril de 2023 por las discrepancias en torno al proceso de integración de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en el seno de las Fuerzas Armadas.
MSF ha alertado de que la población civil sigue siendo la principal víctima de un conflicto que podría afectar todavía más a cientos de miles de personas si se acaba extendido hacia la capital regional, El Fasher.
En su último informe, ‘Asediados, Atacados, Hambrientos’, la ONG relata cómo se ha agravado la «situación desesperada» de los habitantes de El Fasher, que además de atrapados en medio de los combates, también están siendo objetivo de «ataques deliberados» por parte de las paramilitares RSF por «motivos étnicos».
La investigación, que se sustenta en trabajo a pie de campo y más de 80 entrevistas entre los meses de mayo de 2024 y 2025, recopila «patrones sistemáticos de violencia, que incluyen saqueos, matanzas, violencia sexual, secuestros, hambre y ataques contra mercados, centros de salud y otras infraestructuras civiles».
Asimismo se hace eco de los estragos de la ofensiva que las RSF y sus aliados lanzaron en abril de este años contra el campo de desplazados de Zamzam, que obligó a unas 400.000 personas a huir. Una gran parte se refugió en El Fasher, donde permanece atrapada, sin acceso a ayuda humanitaria y expuesta a ataques.
Decenas de miles más lograron escapar rumbo a Tawila, a unos 60 kilómetros, y a campos de refugiados en Chad, don sí han podio recibir atención de MSF, que teme que quienes permanecieron atrapados en El Fasher sufran las mismas atrocidades que padeció la comunidad masalit en Darfur Oeste en junio de 2023.
La ONG ha trasladado la versión de varios testigos que relataron haber escuchado a las fuerzas paramilitares hablar de «limpiar El Fasher», capital de Darfur Norte, cuyas principales vías de acceso han sido bloqueadas –agravando así la hambruna y la respuesta humanitaria–, mientras que MSF dejó de operar debido a los ataques
«Sólo en mayo de 2024, los centros de salud apoyados por MSF en El Fasher sufrieron al menos siete incidentes, incluidos bombardeos, ataques con proyectiles o disparos por parte de todos los bandos enfrentados», ha denunciado.
Es por ello que la ONG insta de nuevo a todas las partes en el conflicto a que protejan la vida de los civiles conforme a sus obligaciones con el Derecho Internacional Humanitario. De igual forma exhorta a las RSF a detener de manera inmediata la violencia étnica, levantar el asedio de El Fasher y garantizar rutas seguras para quienes huyen de los combates.
«Es imprescindible que las organizaciones humanitarias tengan acceso libre y sin restricciones a El Fasher y sus alrededores para poder proporcionar la asistencia crítica que se necesita», ha instado la ONG, que también apela en ese sentido a los actores internacionales que apoyan a uno y otro bando.
«Deben movilizarse urgentemente y ejercer presión para evitar nuevas matanzas y permitir la entrega de ayuda (…) el tiempo se agota», ha enfatizado MSF.
Sudán se ha visto sumido en una devastadora guerra en abril de 2023 a causa de las discrepancias en torno al proceso de integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, lo que hizo descarrilar totalmente la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 de Omar Hasán al Bashir, provocando una grave crisis humanitaria, así como la mayor crisis de desplazados a nivel mundial.