La paciencia se ha agotado en el corazón de la España vaciada. Más de 27 municipios de las provincias de Soria y Burgos han firmado esta semana una declaración conjunta exigiendo al Gobierno de Castilla y León la restauración inmediata de sus consultas médicas presenciales, muchas de las cuales fueron suspendidas durante la pandemia y nunca se han recuperado.
La plataforma ciudadana “Médico Rural Ya”, nacida en El Burgo de Osma, ha convocado una movilización comarcal sin precedentes para este sábado. Se espera que más de 3.000 personas —una cifra notable en una zona con densidades inferiores a 5 habitantes por kilómetro cuadrado— se manifiesten para exigir un derecho básico: que vuelva el médico al consultorio local.
“Nos sentimos ciudadanos de segunda”, denuncia Pilar Ortega, portavoz de la plataforma. “Hay pueblos donde un médico viene solo una vez cada dos semanas. Si tienes una urgencia o simplemente necesitas una receta, te mandan a 40 kilómetros, sin autobuses y con carreteras comarcales que en invierno son intransitables”.
Más allá del abandono sanitario
Este movimiento es más que una queja puntual: es el símbolo del hartazgo de las zonas despobladas frente a lo que consideran un desmantelamiento progresivo del Estado en el medio rural. La falta de atención médica se suma al cierre de bancos, la reducción del transporte público y el desplome de servicios básicos.
En un gesto inédito, alcaldes de todos los signos políticos —incluidos varios del PP y del PSOE— han suscrito el manifiesto de la protesta. “La sanidad no entiende de colores políticos, solo de dignidad y derechos”, ha declarado Jorge Ruiz, alcalde de Langa de Duero (PSOE). Por su parte, Marta Calvo, regidora de Quintanarraya (PP), asegura que “si no se revierte esta situación, ningún plan contra la despoblación tendrá credibilidad”.
El pulso al modelo de gestión
La Consejería de Sanidad de Castilla y León ha respondido que “se están revisando los recursos disponibles” y que en muchos casos “la atención médica por videollamada es suficiente”. Sin embargo, los vecinos rechazan de plano esa solución. “No queremos médicos por pantalla, queremos médicos en persona”, gritaban en pancartas improvisadas esta semana en una concentración en San Esteban de Gormaz.
El conflicto ha llegado ya al Congreso de los Diputados, donde varios grupos han solicitado al Ministerio de Sanidad que intervenga ante lo que consideran un incumplimiento de mínimos constitucionales.
¿Una chispa para el cambio?
Los analistas señalan que esta movilización podría convertirse en un nuevo punto de inflexión en el debate sobre la España vaciada, similar al que generó en 2019 la Revuelta de la España Vaciada en Madrid. “Ya no se pide solo dinero, se exige presencia del Estado”, dice la politóloga Celia Ibáñez.
Por ahora, los pueblos se preparan para llenar sus calles este sábado. “Si no lo hacemos nosotros, nadie vendrá a defendernos”, repiten los vecinos, decididos a no desaparecer en silencio.