En la red social más influyente del momento, TikTok, ha vuelto a colarse un viejo fantasma con un nombre renovado: SkinnyTok. Bajo esta etiqueta, millones de adolescentes y jóvenes consumen vídeos que promueven la delgadez extrema como sinónimo de éxito y belleza. Dietas imposibles, retos de ayuno y cuerpos hiperdelgados se presentan como aspiracionales en una plataforma que, pese a sus esfuerzos, no consigue erradicar por completo este tipo de contenido.
La cara oculta del “bienestar”
Los vídeos de SkinnyTok no llegan con una advertencia de peligro. Muy al contrario: se disfrazan de consejos de vida sana, de “tips” para mejorar la figura o de inspiración fitness. Pero tras la estética cuidada y el tono motivador se esconde una cultura que glorifica prácticas propias de los trastornos alimentarios: ingestas mínimas, control obsesivo de calorías y comparativas corporales constantes.
El fenómeno no es nuevo, pero su viralidad preocupa. Según expertos en salud pública, la exposición repetida a estos mensajes incrementa el riesgo de anorexia, bulimia y ansiedad en adolescentes, especialmente en chicas de entre 13 y 18 años, el público más presente en la plataforma.
TikTok actúa, pero no basta
A principios de este año, TikTok anunció el bloqueo del hashtag #SkinnyTok y habilitó alertas que redirigen a contenidos sobre bienestar y ayuda psicológica. Sin embargo, la respuesta no ha logrado contener el problema: el contenido se ha multiplicado bajo variantes como #SkniyTok o incluso códigos numéricos diseñados para evadir los filtros.
“El algoritmo premia la interacción, y este tipo de contenido genera comentarios, debates y más visualizaciones. Es difícil competir contra eso”, señala una psicóloga experta en conducta digital.
Europa toma cartas en el asunto
La Comisión Europea ya investiga a TikTok por la proliferación de estas tendencias, en el marco del Reglamento de Servicios Digitales (DSA). Francia ha liderado la presión normativa, reclamando sanciones más severas para las plataformas que no logren controlar la difusión de contenidos perjudiciales para la salud.
Una estética que se resiste a desaparecer
¿Por qué sigue triunfando SkinnyTok? En parte, por la poderosa mezcla de algoritmos, cultura visual y obsesión por la imagen. El ideal de la “thinspiration” no desapareció; simplemente mutó y se adaptó al lenguaje de las redes. Hoy, los mensajes tóxicos llegan envueltos en música viral, filtros estéticos y tendencias aparentemente inocentes.
Más allá del bloqueo: la batalla cultural
Los expertos coinciden: prohibir hashtags no es suficiente. La verdadera solución pasa por educación digital, moderación proactiva y una narrativa que celebre la diversidad corporal. Mientras tanto, SkinnyTok sigue creciendo, recordándonos que el desafío no es solo tecnológico, sino cultural.