El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, ha reclamado este martes la liberación «inmediata» del destacado activista egipcio Alaa Abdelfatá, después de que anunciara que se niega a ingerir agua en el marco de una huelga de hambre que mantiene desde hace más de 200 días para protestar contra su encarcelamiento en el país africano.
«Pido al Gobierno egipcio que libere inmediatamente de prisión a Abdelfatá y que le dé el tratamiento médico necesario», ha dicho Turk, quien ha alertado que el activista «está en grave peligro». «Esta huelga de hambre seca pone su vida en grave riesgo», ha señalado, antes de agregar que el asunto de este activista y otros «individuos privados de libertad de forma arbitraria» ha sido abordada «en múltiples ocasiones» con las autoridades de El Cairo.
Así, ha reclamado a Egipto que «cumpla sus obligaciones en materia de Derechos Humanos y libere inmediatamente a todos los detenidos de forma arbitraria, incluidos los que están detenidos a la espera de juicio, así como a aquellos condenados injustamente». «Nadie debe ser detenido por ejercer sus derechos básicos o defender los de otros», ha explicado Turk.
Por otra parte, ha reclamado a las autoridades egipcias que revisen todas las leyes que limitan la libertad de expresión, asamblea y asociación y ha advertido contra posibles represalias contra personas que apoyan a activistas, en particular los familiares de Abdelfatá, al tiempo que ha hecho hincapié en que es responsabilidad del Gobierno proteger los derechos y la seguridad de la población.
Abdelfatá, un importante bloguero egipcio y una de las principales figuras del levantamiento popular contra Hosni Mubarak en 2011 en el marco de la ‘Primavera Árabe’, lleva nueve años en prisión y en 2021 fue sentenciado a otra pena de cinco años de cárcel por «difusión de noticias falsas», unos cargos que diversas ONG han tildado de falsos.
El actual mandatario egipcio, Abdelfatá al Sisi, llegó al poder mediante un golpe de Estado en julio de 2013 que lideró después de una serie de manifestaciones masivas contra el entonces presidente, el islamista Mohamed Mursi, primer mandatario elegido democráticamente en el país y fallecido en 2019 durante una vista judicial contra él tras su detención después de la asonada.
El dirigente ha impulsado una amplia campaña de represión y persecución contra opositores, tanto de grupos liberales como de organizaciones islamistas –llegando a declarar a Hermanos Musulmanes como una organización terrorista–, una iniciativa que los grupos de Derechos Humanos han denunciado como la más grave de los últimos tiempos.
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