Carlos III se atreve con todo. Pinta acuarelas -es un artista muy exitoso- y ha escrito más de once libros. Entre ellos, un cuento infantil, El anciano de Lochnagares, que se convirtió en una película y un ballet, porque el Rey ama el ballet, además de la poesía, el teatro y la música clásica.
Carlos III diseña jardines, desbroza y planta él mismo, y es bien conocido por fomentar la agricultura en Highgrove, un paraíso orgánico de más de 364 hectáreas. Duchy Originals, la empresa que empezó con una galleta de avena tiene millones de beneficios, sin entrar en que tiene su propio whisky escocés orgánico de pura malta Highgrove; y una ginebra rosa con frambuesas cultivadas en el Castillo de Windsor que lanzó el Palacio de Buckingham para su Coronación en 2022.
Y, ahora, en pleno agosto, mientras disfruta de sus vacaciones, acaba de lanzar galletas de lujo para perros, «para príncipes y princesas peludos» horneadas a mano en las cocinas de Balmoral, su residencia del rey en las Tierras Altas.
Estas delicias -se lee en el sitio web del castillo- , hechas “con cariño en pequeñas cantidades para tu príncipe o princesa de cuatro patas», se elaboran con harina integral, huevo y caldo de pollo.