El expresidente de Sudán Omar Hasán al Bashir, derrocado en un golpe de Estado militar en abril de 2019, ha reconocido este martes ante un tribunal que fue «plenamente responsable» en la asonada que le aupó al poder en 1989, en el marco de un proceso en el que podría ser condenado a muerte.
«Asumo plena responsabilidad de lo que pasó el 30 de junio (de 1989) y sé que esta confesión es la prueba más sólida», ha manifestado Al Bashir, quien ya fue condenado por corrupción tras ser expulsado del poder tras cerca de 30 años de régimen, según ha recogido la agencia estatal sudanesa de noticias, SUNA.
Asimismo, ha afirmado que «los miembros del Consejo Revolucionario no tuvieron papel alguno en la planificación y en la ejecución, sino que fueron elegidos para representar a sus unidades» después de la asonada, en la que fue derrocado el gobierno democráticamente electo de Sadiq al Mahdi.
Al Bashir está acusado junto a oficiales que fueron parte de su Gobierno de haber participado en el complot, el arresto de líderes políticos, la suspensión del Parlamento, el cierre del aeropuerto y el derrocamiento de las autoridades electas en el marco del citado golpe de Estado.
Las investigaciones en torno al golpe de 1989 son un importante paso por parte del Gobierno de transición pactado tras la asonada militar de 2019 –derribado en una nueva asonada en noviembre de 2021– contra las agrupaciones políticas islamistas que ayudaron al expresidente a llegar al poder y a mantenerse en el cargo durante cerca de 30 años.
Al Bashir fue condenado a finales de 2019 a una pena de cárcel por cargos de corrupción pero nunca ha sido procesado por los supuestos crímenes contra la Humanidad. Contra él pesan además dos órdenes de arresto del Tribunal Penal Internacional (TPI) por genocidio, crímenes contra la Humanidad y crímenes de guerra por los presuntos abusos cometidos bajo su mando en la región de Darfur.
Deja una respuesta