Al menos una decena de agentes de la Policía iraní han muerto en lo que las autoridades han descrito como un «ataque terrorista» contra una comisaría de la provincia de Sistán y Baluchistán, en la frontera oriental del país, escenario desde hace años de las actividades de grupos armados separatistas.
El ataque ha ocurrido en una comisaría del municipio de Goharkuh, cuyo gobernador, Esfandiar Azimi, acabó muerto a tiros en agosto, tras un ataque reivindicado por el grupo armado salafista Jaish al Adl (Ejército de la Justicia, extremista suní) contrario a las autoridades chiíes del país.
El comunicado policial, recogido por la agencia oficial iraní Irna, indica que tras el ataque a la comisaría «varios criminales fueron capturados», sin dar más detalles al respecto.