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Amnistía denuncia el «uso generalizado» de la violencia sexual contra las mujeres por parte de las RSF en Sudán

Por Redacción

La ONG Amnistía Internacional (AI) ha denunciado este jueves el «uso generalizado» y «aterrador» de la violencia sexual contra mujeres y niñas por parte de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) en el marco del conflicto armado que comenzó hace casi dos años en Sudán.

En su informe ‘Nos violaron a todas: Violencia sexual contra mujeres y niñas en Sudán’, la organización ha lamentado que miles de vidas han quedado «destrozadas» por este tipo de delitos durante los dos años de guerra civil. Con este tipo de violencia, ha señalado, las RSF buscan «humillar, asegurar el control y desplazar comunidades enteras».

«Las atrocidades de las RSF, que incluyen la violación, la violación en grupo y la esclavitud sexual, constituyen crímenes de guerra y posibles crímenes de lesa humanidad», ha advertido Amnistía, que ha documentado la violación de 36 mujeres y niñas, algunas de ellas de tan solo 15 años, entre 2023 y 2024.

«Las agresiones de las RSF contra mujeres y niñas sudanesas son repulsivas, depravadas y tiene como objetivo infligir la máxima humillación. Las Fuerzas de Apoyo Rápido han atacado a civiles, especialmente mujeres y niñas, con una crueldad inimaginable durante esta guerra», ha afirmado Deprose Muchena, director general de Impacto Regional en Derechos Humanos de la ONG.

Así, ha instado al mundo a «actuar para acabar con las atrocidades de las RSF» y poner fin al «flujo de armas a Sudán». Para ello, ha pedido «presionar a los dirigentes para que pongan fin a la violencia sexual y hacer rendir cuentas a los responsables, incluidos los altos mandos».

Para la realización del informe, Amnistía ha entrevistado a una treintena de personas, en su mayoría supervivientes y familiares. La totalidad de estas personas identificaron a miembros de las RSF como de estas violaciones. Además, han denunciado un clima de total impunidad dado que los autores de estos delitos «no sienten necesidad de ocultarse».

DAÑOS FÍSICOS Y PSICOLÓGICOS

Las mujeres que han sido víctimas de este tipo de violencia han dicho haber sufrido daños físicos y psicológicos, además de tener que hacer frente a las «consecuencias devastadoras» de estos ataques para sus familias, lo que ha llevado a la gran mayoría a huir de sus casas.

Muchas de las supervivientes han explicado que las RSF «las violaron por considerarlas sospechosas de estar vinculadas con las Fuerzas Armadas de Sudán». «Trabajadoras sanitarias han relatado violaciones en represalia por no lograr salvar la vida a algunos soldados heridos», recoge el texto.

Una de estas mujeres ha relatado que 13 soldados la secuestraron en Jartum Norte y la obligaron a tratar a hombres heridos de gravedad antes de violarla en grupo y dejarla inconsciente.

Las víctimas han asegurado que, en caso de resistirse, corrían el riesgo de sufrir palizas, tortura y otros malos tratos –e incluso el asesinato–. «El horror de la violencia sexual de las RSF es inmenso, pero los casos documentados entre personas refugiadas representan una ínfima parte de las violaciones de Derechos Humanos que probablemente han cometido las RSF», ha manifestado Muchena.

«Los ataques de las RSF contra civiles son vergonzosos y cobardes, y todo país que apoye a las RSF, entre otras cosas mediante el suministro de armas, participa de su vergüenza», ha puntualizado, al tiempo que ha criticado la postura internacional al respecto.

En este sentido, ha aseverado que la falta de medidas es «vergonzosa» y deja a las víctimas «sin atención sanitaria o acceso a la justicia». «Los recortes en los programas financiados por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) han disminuido las perspectivas de acceder a atención de la salud sexual integral», ha recordado.

«Las mujeres no dirigen esta guerra ni participan en ella, pero son las mujeres las que más sufren. Quiero que el mundo entero conozca el sufrimiento de las mujeres y niñas sudanesas y se asegure de que todos los hombres malos que nos violaron son castigados», ha aseverado.

«La respuesta internacional al sufrimiento de las mujeres y niñas sudanesas ha sido reprobable», ha manifestado, antes de recalcar que el mundo «no ha protegido a la población civil, no ha proporcionado suficiente ayuda humanitaria y no ha hecho rendir cuentas a los autores de estos crímenes». «Es hora de que personas y gobiernos de todo el mundo esclarezcan la verdad de lo que ocurre en Sudán, pongan a los presuntos responsables a disposición de la justicia y proporcionen reparaciones y atención de la salud sexual y reproductiva integral a las sobrevivientes», ha zanjado.

La guerra entre el Ejército y las RSF estalló en abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar –ahora declarado como terrorista– en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento definitivo de la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del régimen de Omar Hasán al Bashir en un golpe de Estado.

Dicho proceso de transición sufrió un grave varapalo en octubre de 2021, cuando el jefe del Ejército y presidente del Consejo Soberano de Transición, Abdelfatá al Burhan, dio una nueva asonada en el que fue derrocado el primer ministro, Abdalá Hamdok. Los intentos de reconducir la situación e integrar a las RSF en el Ejército terminaron por desatar un conflicto a gran escala que ha sumido al país en una grave crisis humanitaria.

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