El balance de muertos a causa de un bombardeo ejecutado por el Ejército de Israel contra una escuela de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) en un campamento de refugiados en el centro de la Franja de Gaza ha aumentado a 35, incluidos al menos cinco niños.
Jalil al Dakran, portavoz del Hospital Mártires de Al Aqsa, situado en la ciudad de Deir al Balá, ha confirmado el nuevo balance de fallecidos en el ataque contra la escuela en el campamento de Nuseirat, después de que las autoridades gazatíes, controladas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), cifraran previamente en 27 el total de muertos.
Al Dakran ha especificado que la intensificación de los bombardeos y el inicio de una nueva operación terrestre israelí en la zona desde el martes ha derivado en que al hospital hayan llegado en las últimas 24 horas más de 140 muertos y 380 heridos, según ha recogido el diario palestino ‘Filastin’, vinculado a Hamás.
La oficina de prensa de las autoridades gazatíes había indicado que las víctimas han sido trasladadas al citado hospital, que «ha estado lleno de heridos y pacientes» por encima de su capacidad clínica. «Esto presagia un verdadero desastre que conducirá a un aumento aún mayor en el número de mártires», ha lamentado.
En este sentido, la oficina ha denunciado que «el Ejército de ocupación israelí ha cometido una horrible masacre al bombardear varias habitaciones que albergaban a decenas de personas desplazadas en la Escuela Preparatoria para niños de Nuseirat».
«Es un crimen que avergüenza a la humanidad. La continua perpetración de estas masacres por parte de la ocupación israelí es una prueba clara de la continuación del crimen de genocidio y limpieza étnica contra civiles y personas desplazadas en la Franja de Gaza», ha denunciado a través de su canal de Telegram Gobierno de Gaza, controlado por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Las autoridades han «condenado que la ocupación israelí cometa el crimen de genocidio con estas masacres», así como «el alineamiento estadounidense con la ocupación israelí y su apoyo militar con armas y dándole luz verde para continuar con este genocidio». Así, ha responsabilizado «plenamente» a Israel y a Estados Unidos «de estos crímenes contra la humanidad y contra el Derecho Internacional».
Por su parte, el Ejército de Israel ha confirmado el bombardeo contra una escuela de la UNRWA que albergaba a «terroristas de Hamás» en su interior, entre los que habría miembros de las fuerzas que asaltaron Israel el pasado 7 octubre.
«Aviones de combate bajo la dirección de las fuerzas de la 99ª División, la División de Inteligencia y el Shin Bet han atacado un recinto utilizado por la organización terrorista Hamás situado en el interior de una escuela de la UNRWA», han publicado las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en su cuenta de la red social X.
En ese sentido, ha acusado a los milicianos de Hamás de usar el edificio como emplazamiento y para «dirigir el terror», al mismo tiempo que servía como refugio de civiles.
«Antes del ataque se tomaron muchas medidas para reducir la posibilidad de daños a las personas no implicadas. Como parte de esos esfuerzos, se llevaron a cabo inspecciones desde el aire, el uso de contactos precisos e información de inteligencia adicional», han añadido las FDI.
EL CAMPAMENTO DE NUSEIRAT
El campamento de Nuseirat, creado en 1970, acogía antes del estallido del conflicto a unos 80.200 refugiados, según datos de la UNRWA, y acoge 15 edificios escolares, un centro de distribución de alimentos, dos centros de salud, dos oficinas de servicios sociales y una oficina de mantenimiento y saneamiento.
El campamento, al igual que los de Bureij y Maghazi, está en el centro de la Franja de Gaza –en la provincia de Deir al Balá–. Tanto la ciudad de Deir al Balá como el campamento de Bureij son objetivo desde el martes de una nueva operación militar de Israel con el objetivo declarado de destruir «infraestructura terrorista» de Hamás.
El Ejército de Israel ya protagonizó en enero enfrentamientos con Hamás en Bureij, si bien hasta ahora no había lanzado una operación terrestre contra Deir al Balá, objetivo sin embargo de numerosos bombardeos en el marco de la ofensiva desatada contra el enclave tras los ataques perpetrados el 7 de octubre por Hamás y otras facciones palestinas, que dejaron unos 1.200 muertos y cerca de 240 secuestrados.
Por su parte, el Ministerio de Salud palestino de la Franja de Gaza ha advertido sobre una inminente «catástrofe humanitaria» en Deir al Balá tras el fallo de uno de los dos últimos generadores eléctricos del Hospital Mártires de Al Aqsa, que alberga a más de 700 heridos o enfermos.
«El fallo de uno de los generadores eléctricos en el Hospital Mártires de Al Aqsa augura una catástrofe humanitaria de la que pueden ser víctimas decenas de heridos, enfermos y bebés prematuros. Pedimos una intervención internacional urgente», reza un comunicado publicado en el canal de Telegram del Ministerio de Sanidad de Gaza.
En ese sentido, las autoridades gazatíes han recordado que el centro, que presta servicios a más de un millón de desplazados en la provincia de Deir al Balá, lleva funcionando con tan solo dos generadores durante ocho meses, en medio del colapso del sistema sanitario a causa de la ofensiva militar lanzada por Israel.