El balance de muertos por el terremoto de magnitud 7,6 registrado el día de Año Nuevo en la prefectura de Ishikawa, situada en la costa occidental de Japón, ha aumentado a 62, según han confirmado este miércoles las autoridades del país.
La mayoría de las víctimas han tenido lugar en la ciudad de Wajima, con 29 muertos, y en la ciudad de Suzu, con 22. El resto de fallecidos han ocurrido en Nanao, Anamizu, Noto, Hukui y Shika. Además, hay decenas de heridos, pero 22 se encuentran en estado grave, según ha informado la cadena de televisión nipona NHK.
Pese a las informaciones preliminares, las autoridades han alertado de que la cifra de fallecidos podría ser superior debido a que muchas personas se encuentran atrapadas entre los escombros tras el derrumbe de decenas de viviendas, aunque se desconoce por el momento el alcance completo de los daños.
Además, las continuas réplicas, los escombros en las carreteras y las vías dañadas han obstaculizado las operaciones de rescate para encontrar supervivientes. El gobernador de Ishikawa, Hiroshi Hase, ha indicado que las carreteras han sido cortadas en amplias zonas debido a desprendimientos de tierra o grietas, mientras que en el puerto de Suzu «múltiples» embarcaciones han volcado.
«Continuaremos trabajando arduamente para comprender las necesidades sobre el terreno y seguir respondiendo lo mejor que podamos, incluido impulsar la entrega de suministros y asegurar la infraestructura. Dado que siguen produciéndose réplicas, pedimos a todos los ciudadanos y residentes de la prefectura que ejerzan la máxima vigilancia», ha indicado a través de su perfil en la red social X, antes conocida como Twitter.
El terremoto tuvo su epicentro a unos 30 kilómetros al noroeste de Wajima y una profundidad de 16 kilómetros, desencadenó una inusual alerta de tsunami importante, aunque en la mañana del martes todos los avisos habían sido levantados. No obstante, la Agencia Meteorológica japonesa alentó a la población de áreas afectadas que se abstuvieran de aproximarse al mar.