El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha ratificado este miércoles el proyecto de ley que contempla un paquete multimillonario de ayuda militar valorado en 90.000 millones de euros que irán a parar en gran medida a Ucrania, pero también a Israel y Taiwán, poniendo fin así a meses de negociaciones en el Congreso.
«Este es un buen día para Estados Unidos, este es un buen día para la paz mundial», ha proclamado el jefe de la Casa Blanca después de estampar su firma en un proyecto con el que Ucrania recibirá unos 57.000 millones de euros para atender a sus constantes demandas de armamento.
«Si nuestros aliados se vuelven más seguros y fuertes, nosotros seremos más fuertes», ha dicho Biden, quien ha asegurado que con este paquete también saldrá reforzar la economía estadounidense, pues las demandas irán a parar a su industria militar y armamentística.
El paquete también contempla una inyección de 24.000 millones de euros a Israel en un momento en el que la comunidad internacional reclama un alto el fuego en la Franja de Gaza y ante la posibilidad de una operación a gran escala sobre la ciudad de Rafá, en el sur de un enclave palestino ya devastado por los bombardeos.
Otros 7.500 millones de euros irán para Taiwán, enfrascado en una histórica disputa territorial con China, así como un proyecto de ley que permite la prohibición de TikTok en Estados Unidos si su matriz china ByteDance no se desvincula de ella y otro que capacita al Gobierno a apropiarse de activos rusos congelados en el país por valor de unos 6.000 millones de euros.
Biden ha estampado su rúbrica después de que el Senado de Estados Unidos aprobara en la pasada noche este paquete de ayuda con 79 votos a favor (48 demócratas y 31 republicanos) y 18 en contra (15 republicanos y tres demócratas).
La decisión del Senado culmina meses de tensas negociaciones en las filas republicanas, hasta el punto de que aún está en juego la posición de liderazgo del presidente de la Cámara, Mike Johnson, partidario de seguir financiando a Ucrania a diferencia del ala dura del partido, que cree que la guerra con Rusia está perdida.