El expresidente de Perú, Pedro Castillo, ha ensalzado este jueves la «valentía y el coraje» de los integrantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) al denunciar en su última cumbre en Buenos Aires las «violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos» cometidas en la nación andina.
Castillo ha redactado una carta en la que ha agradecido al presidente de Colombia, Gustavo Petro; a la de Honduras, Xiomara Castro; y al de México, Andrés Manuel López Orbador, por su «firmeza» a la hora de condenar la «dictadura» en Perú, su «detención arbitraria» y por «exigir garantías constitucionales».
En la misma línea, la misiva –publicada por el exmandatario en su perfil oficial de Twitter– agradece también la postura de los mandatarios argentino, cubano, boliviano, chileno y venezolano por trasladar su «preocupación» ante la «grave situación» que vive la nación andina.
Por otro lado, Castillo ha denunciado las «violaciones» contra los Derechos Humanos cometidas por la «dictadura militar» de la actual mandataria peruana, Dina Boluarte. La respuesta de las autoridades a las manifestaciones antigubernamentales se ha cobrado ya cerca de 60 vidas y ha dejado más de 1.200 heridos, según el expresidente.
«Ruego que alcen su voz en todos los foros internacionales, y no permitan que un espacio genuino y de integración latinoamericana cohabite con el actual régimen político antidemocrático que hoy usurpa el poder en Perú», ha señalado Castillo, interpelando a los países miembro de la CELAC.
Por último, el exmandatario peruano ha mostrado su apoyo al expresidente de Bolivia Evo Morales, a quien las actuales autoridades de Perú prohibieron el acceso al país. «Evo ha sido un líder político coherente en su defensa con la democracia y denuncia al gobierno fascista de Dina Boluarte», ha recalcado Castillo.
El expresidente peruano ha redactado esta misiva desde el centro penitenciario de Barbadillo, donde está encarcelado de forma preventiva por su intento de disolver el Parlamento y declarar un gobierno de excepción a principios de diciembre, en una maniobra tildada de «golpe de Estado» por las autoridades peruanas.
Desde aquel momento, miles de simpatizantes del exmandatario salieron a las calles de Perú para exigir la convocatoria de nuevas elecciones y la dimisión de Boluarte, hasta entonces ‘número dos’ de Castillo y que ascendió a la Presidencia después la detención de este.
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