Un antiguo pariente de las focas modernas probablemente usó sus bigotes para buscar comida y explorar entornos submarinos, según un nuevo estudio en Communications Biology.
Los hallazgos sobre Potamotherium valletoni, que tenía apariencia de nutria y vivió hace más de 23 millones de años, brindan más información sobre cómo las focas antiguas pasaron de la vida en la tierra a la vida bajo el agua.
Aunque las focas modernas viven en ambientes marinos y usan sus bigotes para localizar comida al detectar vibraciones en el agua, los parientes de las focas antiguas vivían principalmente en la tierra o en ambientes de agua dulce. Algunas especies usaron sus extremidades anteriores para explorar su entorno. Antes de este estudio, no estaba claro cuándo las focas y sus parientes comenzaron a usar sus bigotes para buscar alimento.
Alexandra van der Geer, de la Universidad de Leiden, y sus colegas investigaron la evolución de los comportamientos de alimentación de bigotes en las focas al comparar las estructuras cerebrales de Potamotherium con las de seis mamíferos carnívoros extintos y 31 vivos, incluidos los mustélidos, los osos y los parientes de las focas. Las estructuras cerebrales se infirieron a partir de moldes tomados del interior de los cráneos.
Los autores compararon el tamaño y la estructura de una región del cerebro conocida como la circunvolución coronal, que investigaciones previas sugirieron que está involucrada en el procesamiento de señales de los bigotes.
Descubrieron que Potamotherium tenía una circunvolución coronal más grande que los mamíferos terrestres antiguos y vivos que usan sus extremidades anteriores para alimentarse (como la nutria asiática de garras pequeñas), pero una circunvolución coronal de tamaño similar a otros parientes antiguos de las focas y mamíferos semiacuáticos, como como la nutria euroasiática, que utiliza sus bigotes para explorar su entorno. Esto indica que Potamotherium puede haber usado sus bigotes cuando buscaba alimento, posiblemente en combinación con sus extremidades anteriores.
Los hallazgos sugieren que la alimentación basada en bigotes ya estaba presente en los antiguos parientes de las focas antes de que hicieran la transición a un estilo de vida completamente acuático. Los autores proponen que el uso de bigotes puede haberlos ayudado a adaptarse a la búsqueda de alimento bajo el agua.